Manual para Evangelismo Cristiano
Acerca de las clases

Sección 6 Los que están engañados, siguiendo doctrinas falsas

Los que están engañados, siguiendo doctrinas falsas y las vanidades de los enemigos de Cristo Jesús.

Tito 1: 10-11

“Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión, a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia

deshonesta lo que no conviene. El mundo está lleno de estos engañadores en la actualidad, que tan plausibles hacen aparecer sus doctrinas, que engañarán, si es posible, a los escogidos.”

Otra vez se ha cumplido la profecía de Isaías, citada por nuestro Señor: «Este pueblo con los labios me honra, más su corazón está lejos de mí. Y en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres (Marcos 7: 7).

“Tenemos que combatir estos errores.”

1) Soy Católico Romano.

No es prudente atacar a individuos ni a iglesias en la obra del evangelismo personal. Por regla general nada se gana con este método. No podemos transigir con ellos, por supuesto, porque están engañados y necesitan conocer la verdad en Cristo Jesús; pero la prudencia nos señala mejor camino para tratar con ellos.

Es inútil preguntar a un católico si es cristiano, porque cree que lo es, toda vez que ha sido bautizado y confirmado en la Iglesia Católica.

Pregunten si está seguro de la salvación.

Si contesta que siendo católico, no tiene nada que temer y que está seguro, pregúntale cómo puede ser tal cosa, cuando, según los dogmas de su iglesia, al morir tendrá que ir al purgatorio para purgar sus pecados que los sacerdotes no han podido perdonar y limpiar, y esto mediante misas y ofrendas y el pago de dinero, etc.

Instales que es el privilegio del creyente en Cristo saber que es salvo y estar seguro de la vida eterna.

1 Juan 5: 13

“Estas cosas os escribo: para que sepáis que tenéis vida eterna, los que creéis en el nombre del Hijo de Dios.”

1 Juan 1: 9

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”

Según la Biblia católica, de cuya versión tomamos estas citas, nadie tiene que ir al purgatorio para purgar sus pecados: la sangre de Jesucristo nos limpia de ellos. Hechos 10: 43. A éste (a Jesús) dan testimonio todos los profetas. Que todos los que crean en él. Recibirán perdón de los pecados por su nombre.

Hechos 13: 38-39

“Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquél que cree.”

Juan 3: 36

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.”

Juan 5: 24

“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”

Todos estos textos, y muchos otros que no es necesario citar en esta conexión, ponen en claro el asunto: Cristo Jesús es el salvador; los que en él creen son salvos; tienen la seguridad de la promesa divina de que son salvos y poseen como un tesoro inapreciable la vida eterna. No tendrán, pues, que ir al Purgatorio, suponiendo que hubiera tal lugar.

Enseñen la necesidad del nuevo nacimiento.

Juan 3: 7

“No te maravilles, porque te dije: os es necesario nacer otra
vez.”

“Pero el bautismo no es regeneración. Es necesario entender bien esta distinción.”

1 Corintios 1: 14-15

“Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre.”

1 Corintios 4: 15

“Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.”

He ahí Simón el mago de Samaria, (Hechos 8: 9-24) que después de ser bautizado, merecía lo que le dijo el apóstol Pedro

“Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el

pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.” Hechos 8: 20-23.

Hagan comprender que un acto ritual no puede cambiar la naturaleza interior del hombre pecador.

2 Corintios 5: 17.

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

En la regeneración morimos a la vida antigua pecaminosa, y nos vestimos de una vida enteramente diferente; esto es la regeneración, efectuada por el Espíritu de Dios, y no por el bautismo.

Pueden emplearse también Efesios 2: 5-15; 4: 22-24; 1era de Juan 5: 4.

Enseñen que el hombre regenerado triunfará sobre el mundo y amará a sus hermanos.

1 Juan 3: 9-14

“Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado.”

1 Juan 5: 4

“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”

No es por medio del bautismo, sino por fe en Cristo Jesús, que somos hechos nuevas criaturas, o mejor, una nueva creación, y nuestra victoria sobre el mundo y el pecado es nuestra fe en el Señor.

Hagan ver que el arrepentimiento no es hacer penitencia.

El arrepentimiento incluye dos cosas: comprender que somos pecadores y abandonar resueltamente el pecado. El primero sin el segundo es incompleto, y el segundo sin el primero es imposible.

Proverbios 28: 13

“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.”

Jonás 3: 10

“Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.”

Los de Nínive se arrepintieron, apartándose de su mal camino. Un arrepentimiento que no da tal resultado, es un engaño, y es para muerte.

Isaías 55: 7

“Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”

Demuestren que las buenas obras no son para salvación, sino son fruto de la regeneración.

Efesios 2: 8-10

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”Romanos 4: 2-6.

“Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.”

Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras.

Tito 3: 3-5

“Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.”

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