Manual para Evangelismo Cristiano
Acerca de las clases

El   mito de la Ciencia Cristiana dice

El mero hábito de suplicar a la mente divina, así como uno ruega a un ser humano, perpetúa la creencia en Dios como si fuera circunscrito humanamente un error que impide el desarrollo espiritual (página. 2). Dios no se deja influir por los hombres (página. 7).

Un sacrificio, por grande que fuera, es insuficiente para pagar la deuda del pecado (página. 23).

La verdad de la Revelación dice:

Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas  a  vuestros  hijos,

¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos, dará buenas cosas a los que le piden? (Mateo 7: 11) Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo (Juan 14: 13)

De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. (Hebreos 9: 26).

La expiación exige la inmolación continua de sí mismo de parte del pecador. (Página. 23)

Los discípulos de Jesús, no estaban suficientemente desarrollados   para entender en su totalidad el triunfo  de  su  Maestro,  y por  esto  no hicieron muchas  obras maravillosas   sino   hasta después de su crucifixión, y haber aprendido que no murió (Páginas. 45, 46).

Este Consolador entiendo que es la Ciencia Divina. (Página. 55).

Justificados,  pues,  por  la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor  Jesucristo (Romanos 5: 1).

Porque Cristo para esto murió, y resucitó (Romano 14: 9).

Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: más el consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho (Juan 14: 6, 26).

La suposición. . . de que hay espíritus buenos y malos es un error… El mal no es una realidad (Páginas. 70 y 71).

Restauró a Lázaro en la inteligencia de que nunca murió (Página. 75)

El nunca describió la enfermedad (Página. 79).

Los milagros no son posibles a la ciencia (Página. 83)

Y en la misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos; y a muchos ciegos dio la vista (Lucas 7: 21).

Entonces, pues, Jesús les dijo claramente: Lázaro es muerto (Juan 11: 14).

Y cuando Jesús vio que la multitud se agólpala, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él (Marcos 9: 25).

Y estando en Jerusalén en la Pascua, en el día de la fiesta, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacia (Juan 2: 23).

La muerte no es un estriberón para la vida, la inmortalidad y la felicidad (Página. 203).

La senectud no está conforme a ley, ni es una necesidad de la naturaleza, sino una ilusión  que puede evadirse (Página. 245, Edición de 1.902).

Dios nunca creó materia (Página. 335).

La teoría de tres personas en un Dios (esto es, una trinidad personal) sugiere el politeísmo (dioses paganos,     Edición.     de

1902) más bien que el siempre presente Yo soy. (Página. 256).

Teniendo   deseo   de   ser desatado    Y    estar    con Cristo,  lo  cual  es  mucho mejor (Filipenses. 1: 23). Quisiéramos     partir     del cuerpo, y estar presentes al Señor (2da de Corintios. 5: 8).

Corona de honra es la vejez, que se hallará en el camino de justicia (Proverbios 16: 31).

En el principió creó Dios los cielos y la tierra (Génesis 1: 1).

Bautizándoles en  el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28: 19).

El hombre es coexistente con Dios y el universo (Página 266).

En   la   infinidad   de   la mente, la materia debe ser desconocida (según la Ed. de 1902 dice: La materia al cuerpo es desconocida en la infinitud de la mente, (Página. 280).

El hombre tiene un cuerpo sin sentido (Página. 280).

Espíritu  y materia  no  se mezclan más que luz y tinieblas; cuando uno aparece el otro desaparece (Página. 281)

La verdad demostrada es vida eterna (Página. 289)

El cielo no es una localidad (Página. 291) Y  creó  Dios  al  hombre (Génesis 1: 27).

Él es el que da la salud al cuerpo (Efesios 5: 23). Sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote (Marcos 5: 29).

Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo (1era de Corintios 6: 19).

Esta es la vida eterna: que te conozcan el solo Dios verdadero, y a Jesucristo, al cual has enviado (Juan 17: 3).

Voy a preparar lugar para vosotros (Juan 14: 2).

Ningún juicio final espera a   los   mortales   (Página 291)

El mal no es creado y no es    verdadero    (Página. 311)

Es el sentimiento del pecado, y no el alma pecaminosa lo que perece (Página. 311).

El alma no puede pecar porque el alma es inmortal (Página. 468).

La segunda venida de Jesús es incuestionablemente el advenimiento espiritual de la idea progresista de Dios en la Ciencia Cristiana (Página. 96).

Está establecido a los hombres que mueran una vez, y después el juicio (Hebreos 9: 27).

Aborreciendo     lo     malo (Romanos 12: 9).

¿De qué aprovecha al hombre, si granjeare todo el mundo, y perdiere su alma? (Mateo 16: 26).

El alma que pecare esa morirá (Ezequiel 18: 4).

Vendré otra vez (Juan 14:

13). Este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo (Hechos 1: 11).

Enseñen  que  la  llamada  ciencia  cristiana niega la personalidad de Dios.

Al comentar primera de Timoteo 2: 3-4, que dice: Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador; el cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad,» dice la ciencia cristiana: Lo que quiere que todos los hombres sean salvos es principio, espíritu y no una persona.

La contestación de la ciencia cristiana a la pregunta: ¿Qué es Dios? es como sigue: Dios no es una persona; Dios es inteligencia o principio.  Esta idea de Dios es falsa, porque en la Biblia Dios se nos presenta como viviente, que ve y siente, que tiene inteligencia y poder; que obra a favor de sus hijos y que, por su Providencia, guía y gobierna en los negocios de los hombres.

Hechos 14: 15.

“Y diciendo:  Varones,  ¿por  qué  hacéis  esto?  Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.”

1 Tesalonicenses 1: 9.

“porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero.”

También se pueden usar Salmos 94: 9-10; Jeremías 10: 10-16.

Enseñen  que  la  ciencia  cristiana  niega la  verdadera doctrina de Cristo.

1) Niega su encarnación, diciendo que la concepción  de  Jesús  era  espiritual   una  idea  y  no  una  persona concebida  en  la  mente  de  la  virgen, a quien  llamó Jesús.

Lucas 1: 35. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

Es marca del anticristo.1 Juan 4: 1-3.

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios:

Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.”

2) Niega el efecto sacrificial de la muerte de Cristo.

En verdad, prácticamente niega la muerte de Cristo, diciendo: Los discípulos de Jesús no hicieron muchas obras maravillosas sino hasta que lo vieron después de su crucifixión y aprendieron que no había muerto; sólo desmayó y manos amistosas lo bajaron de la cruz; los discípulos creyeron que Jesús estaba muerto mientras que estaba escondido en el sepulcro, pero era vivo.

1 Corintios 15: 1-4.

“Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras.”

Juan 19: 30-35. “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí. Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él. Más cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.”

También Romanos 8: 34; 14: 15; 2da de Corintios 5: 14; 1 Tesalonicenses 4: 14; Romanos 6: 1-10.

3) Niega la deidad de Cristo.

Dice la Sra. Eddy: Jesús no era hijo de Dios en otro sentido que el que cada hombre lo es.» La divinidad de Cristo pues, no es divinidad, según la ciencia cristiana.

Juan 1:18. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.”

Mateo 3: 17. “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.”

Léase con cuidado Mateo 21: 33-46. También vean Juan 1: 12-13; Gálatas 3: 26.

4) Niega la doctrina del pecado.

Dice la ciencia cristiana: Creer en el pecado es un error; en realidad, no hay mal; el alma no puede pecar; el pecado no es real; el pecado es una ilusión.

Romanos 5: 12. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”

Ezequiel 18: 4. “He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.”

Pueden usarse también Santiago 1: 5; Juan 8: 21-24.

  1. Yo soy Ruselistas.

“Enseñen que Russell no era capaz para inventar un sistema religioso.”

Sin educación ninguna excepto la que se imparte en los lugares rústicos, habiendo principiado su vida como dependiente de una mercería; Russell intenta dar la palabra final de la Escritura en los pasajes más difíciles y presentar en detalle ¡el plan de las edades! Sin conocimiento de los idiomas en que la Biblia fue escrita, este atrevido exégeta pretende desvanecer de un solo brochazo la erudición aprobada y la consagrada sabiduría de los siglos cristianos, para sustituirlas con un sistema suyo.

Con su acostumbrada modestia habla de sus estudios en la Escritura, no meramente como comentarios de la Biblia, sino prácticamente la Biblia misma Esto concierne también a sus seis volúmenes de disquisiciones tortuosas de opiniones favoritas» e interpretaciones fantásticas. No nos interesamos en la vida personal del Señor Russell. Ya se han hecho muchas severas reflexiones acerca de él  y algunas de ellas han sido trilladas en las cortes siendo Russell, por lo general, vencido. Debe decirse, sin embargo, que su egoísmo es monumental.

Considera ciertos pasajes de la Escritura como cumplidos en sí mismo. Pero evidentemente cita en esta conexión pasajes equívocos. Sería mejor que citara aquellos versículos que hablan de los malos maestros que con suaves palabras y bendiciones engañan los corazones de los simples, o los que hablan de los falsos profetas que «engañarían aún a los escogidos.

Enseñen que sus métodos no son bíblicos.

Como financiero el Sr. Russell ha tenido gran éxito, porque se colectan anualmente miles de dólares que se gastan en desparramar su literatura barata y en publicar sus sermones (con su retrato) en docenas de periódicos, diarios y semanarios, pagando por ellos las cuotas de los anuncios ordinarios. Una gran parte de este dinero, si no todo, es recolectado de personas que han venido a quedar bajo su influencia, la mayor parte mujeres, algunas de las cuales han dedicado grandes sumas de dinero a su propaganda.

Dice el Sr. W. T. Ellis, quien fue a investigar cuidadosamente los métodos y obra de este maestro que confía en sí mismo: Fui a buscar a un profeta y encontré a un hombre de negocios. Como anunciador y artista en la publicidad el pastor Russell tiene pocos iguales. Además, no sale a buscar las ovejas perdidas. El no busca a los inconversos, a los descarriados, a los que no tienen instrucción religiosa, sino que se interesa principalmente por las ovejas de otros rebaños.

Lo que ocupa sus esfuerzos y los de sus seguidores es el proselitismo más bien que la conversión. Uno de sus métodos favoritos es el de repartir sus hojas que contienen sus doctrinas peculiares a las otras congregaciones al salir de sus templos.  No teniendo interés en la conversión de

los pecadores del error de sus caminos, no tiene interés tampoco, por supuesto, en las misiones foráneas.

Como un ejemplo de la superficialidad palpable de sus métodos podemos citar su llamada investigación de misiones y misioneros por medio de su viaje alrededor del mundo. En un viaje a vuelo de pájaro en que no hizo sino brevísimas paradas en unos cuantos puertos y algunos otros centros más o menos importantes, este hombre procuró en efecto demeritar la obra magnifica hecha por los misioneros, obra que los investigadores más cuidadosos, con el mundo inteligente por lo general, han pronunciado incomparablemente noble y altamente próspera.

Pero esta actitud del pastor Russell hacia las misiones foráneas no es extraña porque no hace intento ninguno de ayudar a los paganos en su propio país y gasta sus energías en un esfuerzo, no para convertir a los pecadores, sino para pervertir a los santos.

Enseñen que sus enseñanzas eran falsas.

El concepto de Russell acerca de la persona de Jesucristo figura entre las más fantásticas y erróneas de todas sus enseñanzas. Aun cuando usa en conexión con el advenimiento de nuestro Señor expresiones como la de habiendo dejado la gloria de su condición espiritual, es claro, sin embargo, que el Sr. Russell no cree en la pre-existencia de Jesucristo ni en su encarnación. Rechaza la doctrina de la Trinidad. Jesús fue simplemente un hombre perfecto y su humanidad terminó en la cruz.

Después de la resurrección ya no fue más un ser humano en ningún sentido. Su cuerpo no fue levantado de entre los muertos; lo que sus discípulos vieron durante los cuarenta días fue una especie de nueva aparición espiritual.

 

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