Manual para Evangelismo Cristiano
Acerca de las clases

 Eternidad del alma/ Sin duda el alma no muere con el cuerpo

Estudien Mateo 9: 6; Lucas 16: 9; Juan 12: 25; 1era de Corintios  5:  10;  y capítulo  6:  2;  1era  de  Pedro  3:  19; Génesis 6: 3.

Mateo 10: 28. Y no temáis a los que matan el cuerpo, más al alma no pueden matar: temed antes a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

 Sin duda el alma no muere con el cuerpo.”

Moisés y Elías con Cristo en el monte de la Transfiguración

(Marcos 9: 4-5), es una buena ilustración.

  1. Yo soy espiritista

El espiritismo enseña que los espíritus incorpóreos pueden comunicarse con los vivos por medio de lo que llaman médiums.

Enseñen que la Biblia nos habla de dos clases de espíritus malos, los que están en cadenas esperando el castigo (2da de Pedro 2: 4), y los que están activamente cumpliendo las órdenes de su maestro Satanás (Efesios 6: 11-12).

Enseñen que hay peligro de caer en lazo de los espíritus malos (primera de Timoteo 3: 6-7), y que serán castigados en el juicio del gran día (Judas 6: 7).

Enseñen:

  1. Que los espíritus malos son inmundos (Jueces 9: 23; Lucas 7: 21; Mateo 10: 1; 7: 22; Deuteronomio. 32: 17);
  2. Que son agentes de satanás (Mateo 12: 26-27; capítulo 25: 41):
  3. Que causan enfermedades (Mateo 12: 22; Lucas 13: 16);
  4. Que son enemigos de los creyentes en Cristo y hacen lo posible para desviarlos de la verdad (1era de Reyes 22: 22; 1era de Timoteo 4: 1-2; Efesios 6: 12).

Enseñen que el espiritismo no es sino obra de satanás y los demonios.

1 Timoteo 4: 1.

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.”

2 Tesalonicenses 2: 9-10.

“Inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.”

Enseñen  que  el    espiritismo está    estrictamente  prohibido en las Escrituras.

Deuteronomio 18: 9-12.

“Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones delante de ti.”

Levítico 19: 31.

“No os volváis a los encantadores y a los adivinos: no los consultéis ensuciándoos con ellos: Yo Jehová vuestro Dios.”

Isaías 8: 19-22.

“Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.   Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto. Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.”

Enseñen  que  la  maldición divina  está  sobre  tales prácticas.

1 Crónicas 10: 13-14.

“Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina, y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí.”

Levítico 20: 6.

“Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo.”

2 Reyes 21: 6 y 12.

“Y pasó a su hijo por fuego, y se dio a observar los tiempos, y fue agorero, e instituyó encantadores y adivinos, multiplicando así el hacer lo malo ante los ojos de Jehová, para provocarlo a ira. Por tanto, así ha dicho Jehová el Dios de Israel: He aquí yo traigo tal mal sobre Jerusalén y sobre Judá, que al que lo oyere le retiñirán ambos oídos.”

Apocalipsis 21: 8.

“Más a los temerosos e incrédulos, a los abominables y homicidas, a los fornicarios y hechiceros y a los idólatras, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”

Enseñen   que   el   espiritismo  repudia   la   revelación  divina.

Isaías 8: 19-20.

“Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.” Usen también Lucas 16: 27-31.

Enseñen que debemos probar los espíritus.

Juan 4: 1-3.

“Amados no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; (porque muchos profetas son salidos en el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo es venido en carne es de Dios: y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo es venido en carne, no es de Dios: y éste es el espíritu del anticristo, del cual vosotros habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo.”

Enseñen  que  satanás  es  engañador  y  que  puede personificar a nuestros conocidos desaparecidos, sólo para hacer que nos apartemos del camino de la verdad.

Véase la historia de Saúl y la pitonisa de Ender (1era de Samuel 28: 11-20), y hagan ver que satanás personifica a Samuel, porque Dios no había dado a Saúl la información que deseaba empleando medios legítimos, y ¿cómo podemos creer que después hubiera empleado medios que desaprobaba y que había prohibido estrictamente?

  1. Yo soy pentecostal.

Por supuesto, hay que recordar que hay entre los pentecostales muchos cristianos sinceros, y sólo se hallan engañados en cuanto a ciertas prácticas extrañas y anti- bíblicas que no pueden interpretarse de conformidad con lo ordenado por las Escrituras: Hágase todo decentemente y con orden (1era de Corintios 14: 40).

Respecto a la Trinidad, el nacimiento virginal, la inspiración de las Escrituras, la necesidad que tiene el hombre pecador de la salvación, la expiación que efectuó el Señor Jesucristo, el segundo advenimiento corporal de nuestro Señor, están de acuerdo con los demás cristianos ortodoxos.

Enseñen que si hablan lenguas extrañas en los cultos deben hacerlo con intérprete.

1 Corintios 14: 27-28.

“Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios.”

Enseñen que todo debe hacerse decorosamente.

1 Corintios 14: 33 y 40.

“Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Hágase todo decorosamente y con orden.”

Enseñen que nadie debe ser pretencioso  en el servicio  del Señor.

Marcos 16: 17-18.

“Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”

Los pentecostales pretenden hablar en lenguas extrañas, y en efecto, lo son mucho muy extrañas porque nadie les puede entender, y como no interpretan, no podemos menos que dudar de su sinceridad en esta práctica. Además, ¿cuál de ellos jamás ha echado fuera demonios? Si no, ¿por qué pretender hablar con lenguas? ¿Quién ha quitado serpientes sin perjuicio personal, aun entre los más extremados pentecostales, los santos rodadores? ¿Y quién de ellos jamás ha bebido veneno sin sufrir las consecuencias naturales de su equívoco su locura, según el caso?

Con agolpamiento de textos aislados de la Escritura aparentan poseer gran conocimiento de la palabra, pero uno que está versado en las doctrinas bíblicas, fácilmente comprende que no saben más que unos cuantos pasajes que pretenden interpretar mediante la dirección del Espíritu Santo; lo que hacen es torcer las Escrituras con el fin de establecer sus doctrinas extrañas, sin tomar en cuenta la verdadera enseñanza de la palabra.

Enseñen que sólo cuando proceden conforme con las Escrituras  pueden  sanar  a los  enfermos,  lo  que  los demás cristianos, sin ostentación, hacen también.

Santiago 5: 14-15. “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.”

Enseñen que los que profesan ser perfectos, santos, santificados, sin pecado, y que creen que esta santidad personal es necesaria para poder entrar en el reino de Dios,   caen   en   muchos   errores,   como enseguida demostraremos.

Hemos arreglado lo siguiente de un folleto escrito por el pastor Taylor, de Murray, Ky., que creemos debe ser una ayuda para nuestros obreros:

  1. Son ciegos. Isaías 42: 19.

“¿Quién ciego como el perfecto?”

Apocalipsis 3: 17.

“Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.”

“El que profesa ser perfecto y que no tiene necesidad de nada, es ciego, y ésta es la razón por qué no ve sus propios pecados.

  1. Están engañados.

1 Juan 1: 8-9.

“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos,  y la verdad no está en  nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”

El que cree, en su ceguedad, que es perfecto, no confiesa su pecado, porque cree que no lo tiene.

  1. Están destituidos de la verdad.

1 Juan 1: 8.

“Si dijéremos que no tenemos pecado.. No hay verdad en nosotros.”

Mentirosas son las pretensiones de los que dicen que son santos, sin pecado, perfectos.”

  1. Son mentirosos y hacen a Dios mentiroso.

1 Juan 1: 10.

“Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.”

¿Cómo es esto? Dios dice: «Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.» (Romanos 3,12). «Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga bien y nunca peque» (Eclesiastés. 7: 20).

Los que dicen que no pecan hacen que Dios les califique de mentirosos (1era de Juan 1: 8), y además hacen a él mentiroso (1era de Juan 1: 10), porque él dice que pecan y ellos dicen que no pecan. Eso de acusar a Dios de mentiroso es ser culpable de sacrilegio, de blasfemia, de perjuro., de procurar «traidora y alevosamente» hacer a un lado a Dios y abrogar su palabra como la ley por la cual el hombre ha de ser juzgado.

  1. Son bastardos.

Hebreos 12: 8.

“Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.”

Si Dios castiga a los santos tembladores, es evidencia concluyente de que pecan; si no los castiga, no prueba esto que viva sin pecado, sino que son bastardos, que llaman a Dios su padre cuando no son sus hijos. No se debe olvidar de que la Escritura dice: Porque el Señor al que ama castiga, y azota a cualquiera que recibe por hijo (Hebreos

12: 6). Luego todos los hijos de Dios pecan y Dios los tiene que castigar de vez en cuando.

  1. Son contaminados.

Proverbios 30: 12. “Hay generación limpia en su propia opinión, Si bien no se ha limpiado de su inmundicia.”

Isaías 64: 6

“Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.”

Filipenses 3: 6-11.

“En cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.”

No es la santidad del hombre la que vale, sino la de Cristo;  todo  lo  demás  es  como  estiércol, y  se  debe (reputar como pérdida.)

  1. Son ignorantes.

Romanos 10: 3.

“Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios.”

Efesios 4: 18.

“Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón.”

La ignorancia no disculpa a nadie ante la ley. Por esto, precisamente, estos señores deberán aprender a trazar bien la palabra de verdad (2da de Timoteo 2: 15). Para no tener de qué avergonzarse delante de los hombres, ni en la presencia de Dios.

  1. Son malditos.

Gálatas 3: 10.

“Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo maldición.

Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.”

La ley dice: Haz esto y vivirás. Todos los que están procurando llegar al cielo por la obediencia a los mandamientos de Dios, están bajo la esclavitud de la ley. Esta ley dice además: Si no hacéis perfectamente todo lo que ordenó, seréis condenados. Están bajo maldición, porque nadie jamás ha hecho todo lo que Dios manda en su ley. Faltando en un solo punto, son hechos culpados de todos (Santiago 2: 10). La esperanza del hombre pecador no es su propia justicia y santidad, sino la de Jesucristo, el único Salvador. Todos los que no están refugiados bajo esta justicia divina, son malditos.

  1. Son jactanciosos.

Si no somos santificados no tenemos parte ni suerte en la salvación, según ellos. Nuestra fe en Cristo no basta. Pero

¿qué dice la palabra de Dios?

Efesios 2: 8-9

“Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe.”

Romanos 3: 27.

“¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.”

¡Ah!, gentil judaizante ¿Por qué quieres meternos nuevamente en los lazos fatales del legalismo? En Cristo tenemos salvación, justificación, santificación, glorificación, todo, TODO; porque él es nuestro todo en todo (Colosenses 3: 11).

  1. No tienen el Espíritu Santo.

Judas 19

“Estos son los que hacen divisiones, los   sensuales, no teniendo el Espíritu.”

Sus prácticas les condenan. En sus reuniones, caen al suelo, brincan, tiemblan, hablan lenguas que se parece más al pandemonio que al culto de Dios se abrazan y no siempre respetan el sexo, y de una manera sensual apelan a la excitación física. Dista mucho esto de lo ordenado por el apóstol: Hágase todo decentemente y con orden (primera de Corintios 14: 40). Si no fueran sensuales, obedecerían el mandamiento del Señor, que dice: Vuestras mujeres callen en las congregaciones (primera de Corintios.14: 33-37). No permitirían un desbarajuste tan grande en sus reuniones, porque Dios no es autor de desorden. El hombre natural no recibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente (1era de Corintios. 2: 14).

  1. Son farisaicos.

Lucas 7: 30.

“Más los fariseos y los sabios de la ley, desecharon el consejo de Dios contra sí mismos, no siendo bautizados de Él.”

La referencia es al bautismo de Juan el Bautista. Los sabios de la ley no recibieron el consejo de Dios, rechazaron el bautismo, ordenanza que el mismo Dios había dado. Así son los perfeccionistas: en su ignorancia de los requerimientos de la palabra de Dios encarecen su propia sabiduría humana, y hacen caso omiso de la divina. ¿Por qué no requieren el verdadero bautismo como pre-requisito a ser miembro de sus congregaciones?

  1. Predican doctrinas de demonios.

Predican la posibilidad de la apostasía de los creyentes. Estos apóstoles modernos de la ley, dicen: Que puede uno ser cristiano hoy y mañana perderse. Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso. Todos  los que son verdaderamente salvos por Cristo. No se perderán eternamente.

Juan 6: 37.

“Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y el que a mi viene, no le echo fuera.”

Romanos 8: 29-30.

“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”

Romanos 10: 4. “Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.”

Juan 3: 36. “El que cree en el Hijo, tiene vida eterna.”

Juan 3: 18. “El que en él cree, no es condenado.”

De manera que su doctrina contradice las enseñanzas claras de la palabra de Dios.

  1. Yo soy de las ideas de la ciencia cristiana.

Enseñen  que  las  señales  y  maravillas  que  profesan obrar  no  son necesariamente  evidencia de que su religión sea de Dios.

Mateo 7: 22-23.

“Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”

También se pueden usar 2da de Tesalonicenses 2: 8-9;

2da de Corintios 11: 14-15; Marcos 13: 22-23.

Enseñen  que  todos  debemos colocar  en su  lugar  de autoridad a la palabra de Dios.

Isaías 8: 20.

“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”

Luego enseñen cómo la ciencia cristiana contradice la autoridad de la Biblia.

El Dr. A. C. Dixon, en su obra La Decepción de la Ciencia Cristiana,pone en parangón las enseñanzas de la Biblia con las de la ciencia cristiana, lo que puede ser útil para los obreros cristianos. Dice:

La Ciencia Cristiana es un abandono de la verdad de la revelación por los mitos de la imaginación, como se verá en las siguientes comparaciones:

 

Bookmark