Manual para Evangelismo Cristiano
Acerca de las clases

Seccion 8/ Los escépticos/ Formación 

Se puede decir que hay dos clases de escépticos: los falsos

y los sinceros. Al tratar con cualquier clase, debemos recordar que nuestros argumentos deben ser espirituales y no carnales, puesto que aunque andamos en la carne, no militamos según la carne, y las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; destruyendo consejos, y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios, y cautivando todo intento a la obediencia de Cristo.

1) Los escépticos falsos.

Estos dicen y tal vez creen que son escépticos, cuando en realidad no lo son.

  1. a) Enseñen la causa de su esceptici

Romanos 1: 25-28. “Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando  y  dando  culto  a  las  criaturas  antes  que  al

Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen.”

Juan 8: 47. “El que es de Dios, las palabras de Dios oye: Por esto no las oís vosotros, porque no sois e Dios.”

  1. b) Enseñen    la    consecuencia    fatal    de    su esceptici

2 Tesalonicenses 2: 10-12.

“y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. A fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.”

2 Tesalonicenses 1: 7-9.

“y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.”

2) Los escépticos sinceros.

Dicen que quisieran creer pero no pueden. Son sinceros en su incredulidad.

Enseñen que todos los hombres han pecado (Romanos 3: 23; 1 Juan 1: 8-10).

Que están por lo tanto bajo de condenación (Juan 3: 18, 19 y 36).

Que Dios amó a los pecadores y dio a su Hijo por ellos (Juan 3: 16; Romanos 5: 6-l8).

Que  Cristo  llevó  nuestros  pecados  y  sufrió  por  ellos (Gálatas 3: 13; 2da de Corintios 5: 21; 1era de Pedro 2: 24).

Que si el hombre creyera el testimonio de Dios respecto a esto, será salvo (1era de Juan 5: 9-12). Que tendrá vida eterna y no vendrá en condenación (Juan 5: 24).

Que si recibimos el testimonio de los hombres (lo cual hacemos todos los días) mucho más debemos creer lo que dice nuestro Padre celestial (1era de Juan 5: 9-10).

Enseñen que es posible conocer la verdad.

Juan 7: 17. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.

Luego se puede proceder como con los pecadores en lo general.

3) Clases especiales de escépticos.

  1. a) Yo no creo en la existencia de

“La Biblia no trata de probar la existencia de Dios; la declara.

Génesis 1: 1. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”

Al ver un ejército bien ordenando y disciplinado, naturalmente inferimos que hay un general; en un reloj vemos la obra de un artífice; en una imprenta, viendo las planas de un libro, concluimos que ha de haber un impresor que dirige todo; viendo un edificio hermoso, alabamos al arquitecto; al entrar un buque grande al puerto, naturalmente concluimos que hay piloto a bordo.

En    este     mundo     visible  tenemos     evidencias inequívocas  de  la  existencia  de  un Dios,  Creador  y Conservador de todo.

Romanos 1: 19-20. “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó; porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.”

Salmos 8: 1. “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! as puesto tu gloria sobre los cielos.”

Salmos 33: 6. “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.”

Salmos 14: 1. “Dijo el necio en su corazón: No hay Dios.”

  1. b) No creo en el castigo futuro y eterno del pecado.

Un Dios de amor sin duda tiene que ser justo. El amor verdadero castiga la infidelidad. Dios es amor para salvar, pero es justicia también para castigar todo mal. Si el pecador persiste en la incredulidad y pecado, para castigar el pecado Dios tendrá que castigarle a él. No porque tenga placer en hacerlo, sino porque es justo, y el pecador no quiere separarse de su pecado, que Dios y su justicia se ve obligado a castigar.

¿Hay un infierno? ¿Hay un Director moral de este mundo?

¿Hay ley moral? ¿Hay tal cosa como el pecado? Entonces, tiene que haber castigo, y el infierno es donde este castigo es infligido.  ¿Hay un cielo? Entonces debe de haber un infierno. El mismo Dios que nos habla del cielo, nos dice del infierno.

Lucas 16: 23-26.

“Y en el infierno alzó sus ojos, estando en los tormentos, y vio a Abraham de lejos, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esa llama. Y le dijo Abraham: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; mas ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una grande sima está constituida entre nosotros y vosotros, que los que quieren pasar de aquí a vosotros, no pueden ni de allá pasar acá.”

Lucas 12: 5.

“Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.”

Mateo 25: 41 y 46. “Entonces dirá también a los que estarán a la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles: e irán estos al tormento eterno, y los justos a la vida eterna.”

Marcos 9: 43-44. “Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.”

  1. c) No creo en la inspiración de la Bibli

“La palabra de Dios permanece para siempre; no tenemos nada que temer. Hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota, ni una tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas.” (Mateo 5: 18).

Enseñen que su incredulidad no hace nula la palabra de Dios.

Romanos 3: 3-4. “¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios verás, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado.”

Enseñen lo que testifican las Escrituras.

2 Timoteo 3: 16. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.”

También 2da de Pedro 2: 19-21; 1era de Tesalonicenses 2: 13; 2da de Samuel. 32: 2; Hebreos 4: 12; Jeremías 23: 27-28. Vea además el Salmos 119.

  1. d) Yo no creo en la deidad de Crito  Enseñen  las  pruebas  escritas  de la  deidad  de Cristo Jesús.

1) Su propio testimonio (Juan 7: 29; 8: 12-21).

2) Su pre-existencia (Miqueas. 5: 21; 1era de Corintios. 10:

4; Juan 1: 1-3; Colosenses 1: 17; 1era de Juan 2: 14).

3) Su igualdad con Dios (Juan 5: 17; Filipenses 2: 5-6; Hebreos 1: 3-4).

4) Es llamado Dios (Isaías. 7: 14; Hechos 20: 28).

5) Es llamado el «Hijo de Dios:

  1. a) En su bautismo (Mat 3: 17).
  2. b) En su transfiguración (Mat 17: 5).

6) Se llamó a sí mismo el Hijo de Dios (Mateo. 11: 27).

7) Es llamado el Hijo de Dios por:

  1. a) El ángel Gabriel (Lucas. 1: 32). b) Juan el Bautista (Juan. 1: 29).
  2. c) El endemoniado de Gadára (Mat 8: 29). d) Los espíritus inmundos (Marcos. 3: 11).
  3. e) Los discípulos (Mateo. 14: 33). f) Pedro (Mat 16: 16).
  4. g) Pablo (Hech 9: 5; 22: 10).

8) Los milagros de Jesús atestiguan su deidad.

9) Jesús llama a Dios su Padre con frecuencia.

10)  Se  le  atribuyen  obras  que  sólo  Dios  puede  hacer (Hebreos. 1: 3 y 10).

11) Ha de Ser adorado (Hebreos. 1: 6).

12) Reclama honra igual con Dios (Juan 5: 22-23).

13) Se nos enseña que el que niega esta verdad es mentiroso (1era de Juan 5: 1-5), y que esto hace a Dios mentiroso también (1era de Juan 5: 10-12). El que tal hace está en peligro del castigo más severo (Hebreos. 10: 28-29).

14) La prueba más concluyente de la deidad de Cristo es su resurrección de entre los muertos (Mateo 16: 9; Lucas.

24: 46; Hechos. 10: 40; 1era de Corintios. 15: 4, 6-7; Juan 20: 20 y 27; Hechos.1: 3).

Sin duda Cristo resucitó como testifica la historia.

Mateo 27: 63-66.

“Diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré. Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero. Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis. Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.”

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