Estudio Nehemias Ley Santuario
    Acerca de las clases

    La reconstrucción del Santuario se detiene
    Esdras 2:64: – “Toda la congregación en conjunto era de 42,360.”
    El rey Ciro dio fin a los 70 años de cautiverio en Babilonia y toda la congregación de
    israelitas unida como un solo hombre para reconstruir el santuario terrenal fueron
    42360 sin contar siervos ni siervas.
    Esdras 1:1-4
    Pero cuando los enemigos paganos de Judá y de Benjamín oyeron que los israelitas
    estaban en Jerusalén reconstruyendo el templo, éstos fueron donde ellos para
    pedirles que les dejen ayudar a reconstruir el santuario.
    Zorobabel no aceptó la oferta que le hicieron, porque estas personas profesaban
    adorar a Dios, pero en realidad eran paganos. Si Zorobabel permitía que los paganos
    ayudaran a reconstruir el templo, se corría el riesgo de que ellos traten de meter a
    sus ídolos paganos en el santuario terrenal.
    El pueblo de Dios había sido llevado en cautiverio a Babilonia por setenta años
    justamente porque se habían apartado de Dios practicando la idolatría. Si ahora, que
    habían sido liberados por Dios y que habían sido llamados a reconstruir el templo,
    ellos iban a permitir que los ‘medio convertidos’ ayuden, a la fuerza iban a permitir
    la introducción de la idolatría en el santuario.
    Como los israelitas no aceptaron la oferta, los paganos empezaron a intimidar a los
    israelitas para evitar que reconstruyan el templo.
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    6
    Esdras 4:5-6
    Los paganos intentaron por varios años detener la restauración del santuario
    terrenal: desde el tiempo de Ciro, hasta el reinado de Darío rey de Persia, hasta el
    reinado de Asuero y hasta el reinado de Artajerjes.
    Esdras 4:11-14
    Finalmente los paganos deciden mandar una carta al rey Artajerjes acusando a los
    judíos de estar reconstruyendo la ciudad y los muros de Jerusalén. Estas acusaciones
    eran mentiras, pues los israelitas estaban reconstruyendo el templo y no la ciudad
    de Jerusalén.
    En la carta los paganos dijeron estar velando por la honra del rey, supuestamente, ya
    que decían que si los israelitas reconstruían la ciudad, los judíos vivirían allí sin
    pagar impuestos ni rentas al rey, por lo tanto vivirían mantenidos por el palacio, y
    entonces el tesoro del reino se vería perjudicado.
    Con estas mentiras y con esta carta, los paganos finalmente lograron su fin:
    La reconstrucción del santuario se paralizó.
    Entonces va a venir…
    La maldición
    Hageo 1:1-2
    Debido a estos inconvenientes el pueblo llegó a la conclusión de que no había llegado
    el tiempo de la restauración del santuario:
    “Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: ‘Este pueblo dice que aún no ha llegado el
    tiempo en que sea reedificada la casa de Jehovah’.”
    Hageo 1:3-4
    Como el pueblo decidió que no era el tiempo de reconstruir el templo, decidieron
    entonces reconstruir sus propias casas en lugar de la casa de Dios.
    Entonces Dios manda a dos profetas: Hageo y Zacarías.
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    7
    Hageo 1:6
    Ya que el pueblo dejó de restaurar el santuario y en lugar de esto empezaron a
    reconstruir y embellecer sus propias casas, pensando que sería mejor que los
    hijos o los nietos sean quienes restauren la casa de Jehovah, entonces les vino como
    resultado: la pobreza.
    Los israelitas sembraban bastante, pero cosechaban poco; comían pero no se
    saciaban; bebían pero no quedaban satisfechos; se vestían con ropa abrigada, pero
    no les abrigaba; y los sueldos no les alcanzaban: “El jornalero recibe su jornal en
    saco roto.”
    Hageo 1:9 – “Pero vosotros buscáis mucho y halláis poco; y lo que lleváis a casa, de
    un soplo yo lo hago desaparecer. ¿Por qué?, dice Jehovah de los Ejércitos. Porque
    mi casa está en ruinas, mientras que cada uno de vosotros se ocupa de su
    propia casa.”
    La casa de Dios—el Santuario terrenal—estaba en ruinas, y el pueblo de Dios, en
    lugar de estar preocupado por restaurar el templo, estaba más preocupado por
    embellecer sus propias casas.
    Hoy en día, no ocurre lo mismo con el profeso pueblo de Dios y el Santuario
    Celestial asolado?
    Ante tales circunstancias la orden del Señor es:
    Hageo 1:5 – “Meditad bien sobre vuestros caminos.”
    Hageo 1:10-11
    Como consecuencia de todos estos males, Jehovah trajo la sequía: ya no hubo más
    lluvia.
    “Sequía sobre los hombres y sobre las bestias y sobre todo trabajo de vuestras
    manos.”
    La sequía no solo afectó a la tierra y sus frutos, sino también a los hombres y a las
    bestias.
    Pero Dios les va a dar…

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