Estudio Nehemias Ley Santuario
    Acerca de las clases

    El Lugar Santo
    PP pg. 315.3 – “El edificio se dividía en dos secciones mediante una bella y rica
    cortina, o velo, suspendida de columnas doradas; y una cortina semejante a la
    anterior cerraba la entrada de la primera sección. Tanto estos velos como la
    cubierta interior que formaba el techo, eran de los más magníficos colores, azul,
    púrpura y escarlata, bellamente combinados, y tenían, recamados con hilos de oro y
    plata, querubines que representaban la hueste de los ángeles asociados con la obra
    del santuario celestial, y que son espíritus ministradores del pueblo de Dios en la
    tierra.”
    EstudiaLaBiblia.co / LeeLaBiblia.co / SenalesDelFin.com / SolaScriptura.es
    94
    “En el primer
    departamento, o lugar
    santo, estaban la mesa para
    el pan de la proposición, el
    candelero o la lámpara y el
    altar del incienso.
    «La mesa del pan de la proposición estaba
    hacia el norte. Así como su cornisa decorada,
    estaba revestida de oro puro. Sobre esta mesa
    los sacerdotes debían poner cada sábado doce
    panes, arreglados en dos pilas y rociados con
    incienso. Por ser santos, los panes que se
    quitaban, debían ser comidos por los sacerdotes.
    “Al sur, estaba el candelero de siete
    brazos, con sus siete lámparas. Sus
    brazos estaban decorados con flores
    primorosamente labradas y parecidas a
    lirios; el conjunto estaba hecho de una
    pieza sólida de oro. Como no había
    ventanas en el tabernáculo, las lámparas
    nunca se extinguían todas al mismo
    tiempo, sino que ardían día y noche.
    “Exactamente frente al velo que separaba el lugar santo del
    santísimo y de la inmediata presencia de Dios, estaba el altar de
    oro del incienso. Sobre este altar el sacerdote debía quemar
    incienso todas las mañanas y todas las tardes; sobre sus cuernos
    se aplicaba la sangre de la víctima de la expiación, y el gran día
    de la expiación era rociado con sangre. El fuego que estaba sobre
    este altar había sido encendido por Dios mismo, y se mantenía
    como sagrado. Día y noche, el santo incienso difundía su
    EstudiaLaBiblia.co / LeeLaBiblia.co / SenalesDelFin.com / SolaScriptura.es
    95
    fragancia por los recintos sagrados del tabernáculo y por sus alrededores.”
    El Lugar Santísimo
    PP pg. 316.3 – “Más allá del velo interior estaba el lugar santísimo que era el
    centro del servicio de expiación e intercesión, y constituía el eslabón que unía el
    cielo y la tierra. En este departamento estaba el arca, que era un cofre de madera de
    acacia, recubierto de oro por dentro y por fuera, y que tenía una cornisa de oro
    encima. Era el repositorio de las tablas de piedra, en las cuales Dios mismo
    había grabado los Diez Mandamientos. Por consiguiente, se lo llamaba arca del
    testamento de Dios, o arca de la alianza, puesto que los Diez Mandamientos eran
    la base de la alianza hecha entre Dios e Israel.
    “La cubierta del arca sagrada se
    llamaba ‘propiciatorio’. Estaba
    hecha de una sola pieza de oro,
    y encima tenía dos querubines
    de oro, uno en cada extremo. Un
    ala de cada ángel se extendía
    hacia arriba, mientras la otra
    permanecía plegada sobre el
    cuerpo (véase Ezequiel 1:11) en
    señal de reverencia y
    humildad. La posición de los
    querubines, con la cara vuelta el
    uno hacia el otro y mirando
    reverentemente hacia abajo
    sobre el arca, representaba la
    reverencia con la cual la hueste celestial mira la ley de Dios y su interés en el plan de
    redenciones.
    “Encima del propiciatorio estaba la shekinah, o manifestación de la divina presencia;
    y desde en medio de los querubines Dios daba a conocer su voluntad. Los mensajes
    divinos eran comunicados a veces al sumo sacerdote mediante una voz que salía de
    la nube. Otras veces caía una luz sobre el ángel de la derecha, para indicar
    aprobación o aceptación, o una sombra o nube descansaba sobre el ángel de la
    izquierda, para revelar desaprobación o rechazo.
    “La ley de Dios, guardada como reliquia dentro del arca, era la gran regla de la
    rectitud y del juicio. Esa ley determinaba la muerte del transgresor; pero encima
    de la ley estaba el propiciatorio, donde se revelaba la presencia de Dios y desde el
    EstudiaLaBiblia.co / LeeLaBiblia.co / SenalesDelFin.com / SolaScriptura.es
    96
    cual, en virtud de la expiación, se otorgaba
    perdón al pecador arrepentido. Así, en la
    obra de Cristo en favor de nuestra
    redención, simbolizada por el servicio del
    santuario, ‘la misericordia y la verdad se
    encontraron; la justicia y la paz se
    besaron’ (Salmos 85:10).
    “No hay palabras que puedan describir la
    gloria de la escena que se veía dentro del
    santuario, con sus paredes doradas que
    reflejaban la luz de los candeleros de oro,
    los brillantes colores de las cortinas
    ricamente bordadas con sus relucientes
    ángeles, la mesa y el altar del incienso
    refulgentes de oro; y más allá del segundo
    velo, el arca sagrada, con sus querubines
    místicos, y sobre ella la santa shekinah,
    manifestación visible de la presencia de
    Jehová; pero todo esto era apenas un
    pálido reflejo de las glorias del templo de Dios en el cielo, que es el gran
    centro de la obra que se hace en favor de la redención del hombre.”
    El Lugar Santo y el Lugar Santísimo en el Santuario Celestial
    CS pg. 465/4 (409.2) – “San Pablo dice que el primer tabernáculo ‘era una parábola
    para aquel tiempo entonces presente; conforme a la cual se ofrecían dones y
    sacrificios’; que sus santos lugares eran ‘representaciones de las cosas
    celestiales’; que los sacerdotes que presentaban las ofrendas según la ley,
    ministraban lo que era ‘la mera representación y sombra de las cosas celestiales,’ y
    que ‘no entró Cristo en un lugar santo hecho de mano, que es una mera
    representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora
    delante de Dios por nosotros’ (Hebreos 9:9, 23; 8:5; 9:24).”
    Tanto el lugar santo, como el lugar santísimo, del santuario terrenal, eran sombra y
    figura del Lugar Santo y del Lugar Santísimo del verdadero—Santuario Celestial.
    CS pg. 466/1 (409.3) – “El santuario celestial, en el cual Jesús ministra, es el gran
    modelo, del cual el santuario edificado por Moisés no era más que trasunto. Dios
    puso su Espíritu sobre los que construyeron el santuario terrenal. La pericia
    EstudiaLaBiblia.co / LeeLaBiblia.co / SenalesDelFin.com / SolaScriptura.es
    97
    artística desplegada en su construcción fue una manifestación de la sabiduría
    divina. Las paredes tenían aspecto de oro macizo, y reflejaban en todas direcciones
    la luz de las siete lámparas del candelero de oro. La mesa de los panes de la
    proposición y el altar del incienso relucían como oro bruñido. La magnífica cubierta
    que formaba el techo, recamada con figuras de ángeles, en azul, púrpura y escarlata,
    realzaba la belleza de la escena. Y más allá del segundo velo estaba la
    santa shekina, la manifestación visible de la gloria de Dios, ante la cual sólo el sumo
    sacerdote podía entrar y sobrevivir.
    “El esplendor incomparable del tabernáculo terrenal reflejaba a la vista humana la
    gloria de aquel templo celestial donde Cristo nuestro precursor ministra por
    nosotros ante el trono de Dios. La morada del Rey de reyes, donde miles y miles
    ministran delante de él, y millones de millones están en su presencia (Daniel 7:10);
    ese templo, lleno de la gloria del trono eterno, donde los serafines, sus flamantes
    guardianes, cubren sus rostros en adoración, no podía encontrar en la más
    grandiosa construcción que jamás edificaran manos humanas, más que un pálido
    reflejo de su inmensidad y de su gloria. Con todo, el santuario terrenal y sus
    servicios revelaban importantes verdades relativas al santuario celestial y a la
    gran obra que se llevaba allí a cabo para la redención del hombre.
    EstudiaLaBiblia.co / LeeLaBiblia.co / SenalesDelFin.com / SolaScriptura.es
    98
    “Los lugares santos del santuario celestial están representados por los dos
    departamentos del santuario terrenal. Cuando en una visión le fue dado al
    apóstol Juan que viese el templo de Dios en el cielo, contempló allí ‘siete lámparas
    de fuego ardiendo delante del trono’ (Apocalipsis 4:5). Vio un ángel que tenía ‘en su
    mano un incensario de oro; y le fue dado mucho incienso, para que lo añadiese a las
    oraciones de todos los santos, encima del altar de oro que estaba delante del
    trono’ (Apocalipsis 8:3). Se le permitió al profeta contemplar el primer
    departamento del santuario en el cielo; y vio allí las ‘siete lámparas de fuego’ y el
    ‘altar de oro’ representados por el candelabro de oro y el altar de incienso en el
    santuario terrenal. De nuevo, ‘fue abierto el templo de Dios’ (Apocalipsis 11:19), y
    miró hacia adentro del velo interior, el lugar santísimo. Allí vio ‘el arca de su pacto,’
    representada por el cofre sagrado construido por Moisés para guardar la ley de
    Dios.”
    El sacerdocio
    PP pg. 320.2 – “No solo el santuario mismo, sino también el ministerio de los
    sacerdotes, debía servir ‘de figura y sombra de las cosas celestiales’ (Hebreos
    8:5). Por eso era de suma importancia; y el Señor, por medio de Moisés, dio las
    instrucciones más claras y precisas acerca de cada uno de los puntos de este culto
    simbólico.
    “El ministerio del santuario estaba dividido en dos partes: un servicio diario y
    otro anual. El servicio diario se efectuaba en el altar del holocausto en el atrio del
    tabernáculo, y en el lugar santo; mientras que el servicio anual se realizaba en el
    lugar santísimo.”
    El ministerio sacerdotal del santuario terrenal consistía en dos partes:
    1. Un Servicio Diario (Éxodo 29:38-39) y
    2. Un Servicio Anual (Levítico 23:27).
    El Servicio Diario
    Tal como el nombre lo indica, el Servicio Diario se realizaba diariamente, primero en
    el atrio y luego en el Lugar Santo del santuario propiamente dicho. En el atrio el
    sacerdote preparaba el incienso (Éxodo 30:34-36) y con ese incienso molido
    entraba al Lugar Santo primeramente a quemar incienso en el altar del incienso dos
    veces al día (Éxodo 30:7-8). Después de haber quemado el incienso, el sacerdote
    terrenal debía limpiar las lámparas del candelero uno por uno (Levítico 24:4).
    Debido a que el tabernáculo no tenía ventanas, las lámparas nunca se extinguían
    EstudiaLaBiblia.co / LeeLaBiblia.co / SenalesDelFin.com / SolaScriptura.es
    99
    todas al mismo tiempo. Entonces el sacerdote limpiaba y despabilaba cada
    lámpara y luego aderezaba las lámparas con aceite puro de oliva (Levítico 24:2-3;
    Éxodo 30:7-8). En esas condiciones las lámparas ardían día y noche.
    PP pg. 366/1 (321.2) – “El incienso, que ascendía con las oraciones de Israel,
    representaba los méritos y la intercesión de Cristo, su perfecta justicia, la cual por
    medio de la fe es acreditada a su pueblo, y es lo único que puede hacer el culto de los
    seres humanos aceptable a Dios.”
    PP pg. 365/4 (321.1) – “Al presentar la ofrenda del incienso, el sacerdote se
    acercaba más directamente a la presencia de Dios que en ningún otro acto de los
    servicios diarios.”
    El incienso era un símbolo de la vida de obediencia perfecta y perpetua (Ezequiel
    20:1) al Decálogo que Cristo vivió en esta tierra como Hombre. Por medio del
    incienso—un elemento completamente ajeno y foráneo al israelita—debía enseñar
    al israelita a tener fe en una ofrenda ajena para su justificación, una justicia ajena
    que no era parte de su propia experiencia personal.
    Luego de quemar incienso en el altar del incienso dentro del Lugar Santo, el
    sacerdote debía aumentar aceite a lámparas. El aceite era un símbolo del Espíritu
    Santo (Zacarías 4:2-3, 6; Mateo 25:4), y de la lluvia temprana y tardía (Joel 2:23,
    28;29). Las lámparas del Lugar Santo eran una representación de las lámparas
    originales que se encuentran en el Lugar Santo del Santuario Celestial (Apocalipsis
    4:5).
    El acto de quemar el sacerdote el incienso en el altar del incienso que se encontraba
    en el lugar santo primero, era una representación del trabajo que Cristo, al ascender
    al cielo y al entrar al Lugar Santo del Santuario Celestial, iba a empezar a hacer:
    presentar su vida de obediencia perfecta y perpetua (Hebreos 9:24; 8:3) a favor del
    creyente que acepta su total incapacidad de obedecer la Ley de Dios (Juan 5:42;
    Jeremías 6:10), a fin de que el hombre pueda ser aceptado o justificado diariamente
    (Romanos 3:24; Efesios 1:6)—pues el sacerdote terrenal quemaba incienso
    diariamente y dos veces al día. Y el israelita era aceptado diariamente dos veces al
    día y como una promesa, porque la Ley demanda una vida de obediencia perfecta y
    no la sabia de un árbol. Vemos que el israelita era primeramente aceptado.
    El acto de aumentar el aceite después de que el sacerdote quemaba el incienso, era
    una representación del cumplimiento de la promesa que Cristo dio en Juan 14:16,
    26 – “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador.” “Mas el Consolador, el
    Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas,
    EstudiaLaBiblia.co / LeeLaBiblia.co / SenalesDelFin.com / SolaScriptura.es
    100
    y os recordará todas las cosas que os he dicho.” Después de que Cristo presenta
    su justicia perfecta para que el hombre pueda ser justificado, Cristo cumple su
    promesa de rogar al Padre para que sea dado el Consolador, y ruega con su justicia,
    porque la condición para que sea dado el Espíritu Santo como agente regenerador
    es obediencia perfecta (Hechos 5:32).
    Las lámparas dentro del santuario terrenal eran aderezadas con aceite diariamente
    por el sacerdote, dos veces al día (Éxodo 30:7-8), lo cual nos quiere enseñar que el
    hombre no recibe el bautismo del Espíritu Santo una vez y para siempre, sino que
    esta bendición la debe pedir y recibir diariamente (Salmos 51:10-11). El israelita
    recibía el bautismo del Espíritu Santo diariamente, no como promesa sino como una
    realidad (Génesis 41:38; Daniel 4:8-9, 18), y siempre como un resultado de que
    primero era aceptado.
    El ritual simbólico enseña que el bautismo del Espíritu Santo bajo la forma de lluvia
    temprana, es un RESULTADO de estar siendo aceptados en Cristo (por su
    obediencia perfecta). Ya que la demanda para que el Espíritu Santo sea otorgado es
    OBEDIENCIA (Hechos 5:32), y esa obediencia es la de Cristo. No puede haber
    bautismo del Espíritu Santo sin Santuario Celestial y sin el Sacerdocio de Cristo.
    Por medio de este ritual simbólico Dios nos enseña que el hombre que acepta la
    vigencia de la ley (los Diez Mandamientos) es justificado por fe diariamente en
    base a una justicia ajena a sí mismo (la justicia u obediencia de Cristo). El israelita
    debía confiar por la fe en algo que esta fuera de sí mismo—el incienso, que
    simbolizaba una obediencia que estaba completamente fuera de sí mismo—la
    justicia de Cristo.
    PP pg. 365/4 (321.1) – “Al presentar la ofrenda del incienso, el sacerdote se
    acercaba más directamente a la presencia de Dios que en ningún otro acto de los
    servicios diarios. Como el velo interior del santuario no llegaba hasta el techo del
    edificio, la gloria de Dios, que se manifestaba sobre el propiciatorio, era
    parcialmente visible desde el lugar santo. Cuando el sacerdote ofrecía incienso ante
    el Señor, miraba hacia el arca; y mientras ascendía la nube de incienso, la gloria
    divina descendía sobre el propiciatorio y llenaba el lugar santísimo, y a menudo
    llenaba tanto las dos divisiones del santuario que el sacerdote se veía obligado a
    retirarse hasta la puerta del tabernáculo. Así como en ese servicio simbólico el
    sacerdote miraba por medio de la fe el propiciatorio que no podía ver, igualmente el
    pueblo de Dios ha de dirigir sus oraciones a Cristo, su gran Sumo Sacerdote, quien
    invisible para el ojo humano, está intercediendo en su favor en el santuario
    celestial.”
    EstudiaLaBiblia.co / LeeLaBiblia.co / SenalesDelFin.com / SolaScriptura.es
    101
    PP pg. 365/1 (320.4) – “El servicio diario consistía en el holocausto matutino y el
    vespertino, en el ofrecimiento del incienso en el altar de oro y de los sacrificios
    especiales por los pecados individuales. Además, había sacrificios para los sábados,
    las lunas nuevas y las fiestas especiales.”
    PP pg. 365/2 (320.5) – “Cada mañana y cada tarde, se ofrecía sobre el altar un
    cordero de un año, con las oblaciones apropiadas de presentes, para simbolizar la
    consagración diaria a Dios de toda la nación y su constante dependencia de la
    sangre expiatoria de Cristo. Dios les indicó expresamente que toda ofrenda
    presentada para el servicio del santuario debía ser ‘sin defecto’ (Éxodo 12:5). Los
    sacerdotes debían examinar todos los animales que se traían como sacrificio, y
    rechazar los defectuosos. Solo una ofrenda “sin defecto” podía simbolizar la perfecta
    pureza de Aquel que había de ofrecerse como ‘cordero sin mancha y sin
    contaminación’ (1 Pedro 1:19).”
    El animal a sacrificar, además de ser un sacrificio, era también una ofrenda—pues
    debía ser sin defecto alguno. Esta simbólica perfección apuntaba a la perfección de
    Cristo: una perfección que va más allá de su vida de obediencia perfecta, pues
    incluye también su naturaleza sin mancha de pecado—“un cordero sin mancha y
    sin contaminación.” Para poder ser nuestro SUSTITUTO EN LA VIDA, debía ser
    nuestro sustituto desde el vientre—y ser engendrado por Dios mismo para ser
    engendrado sin mancha de pecado (Lucas 1:35), a diferencia de todo descendiente
    de Adán que es engendrado con una naturaleza pecaminosa y por ende: bajo
    condenación, pues la Ley condena también nuestro estado de ser.
    Así como con la ofrenda del incienso, el trabajo del sacerdote empezaba en el atrio y
    no terminaba allí, sino que continuaba dentro del santuario—en el lugar santo, así
    también con el sacrificio por los pecados, el trabajo del sacerdote empezaba en el
    atrio (donde era sacrificado el animal) y no terminaba allí, sino que continuaba
    dentro del santuario—en el lugar santo.
    PP pg. 367/3 (322.3) – “La parte más importante del servicio diario era la que se
    realizaba en favor de los individuos. El pecador arrepentido traía su ofrenda a la
    puerta del tabernáculo, y colocando la mano sobre la cabeza de la víctima, confesaba
    sus pecados; así, en un sentido figurado, los trasladaba de su propia persona a la
    víctima inocente. Con su propia mano mataba entonces el animal, y el sacerdote
    llevaba la sangre al lugar santo y la rociaba ante el velo, detrás del cual estaba el
    arca que contenía la ley que el pecador había transgredido. Con esta ceremonia y en
    un sentido simbólico, el pecado era trasladado al santuario por medio de la
    sangre. En algunos casos no se llevaba la sangre al lugar santo; sino que
    el sacerdote debía comer la carne, tal como Moisés ordenó a los hijos de Aarón,
    EstudiaLaBiblia.co / LeeLaBiblia.co / SenalesDelFin.com / SolaScriptura.es
    102
    diciéndoles: ‘Os la dio para llevar el pecado de la comunidad’ (Levítico 10:17).
    Las dos ceremonias simbolizaban igualmente el traslado del pecado del
    hombre arrepentido al santuario.”
    El Servicio Diario terrenal nos enseña que NO HAY PERDÓN DE PECADOS en el
    ACTO del sacrificio que se realizaba en el atrio. Todavía hacía falta el trabajo del
    sacerdote y el lugar de trabajo: el santuario. El sacerdote era el único autorizado a
    entrar dentro del santuario llevando el medio—que era la sangre del animal
    sacrificado. El sacerdote debía rociar la sangre en el velo que separaba el lugar santo
    del santísimo, pues detrás del velo se encontraba el DECALOGO—la única ley que
    define qué es pecado. Por medio de este acto, el pecado que había sido trasladado
    figurativamente del pecador al animal para sacrificar, era por medio de la sangre y
    gracias al trabajo del sacerdote trasladado figurativamente al santuario. Es decir:
    para que el pecado del israelita pudiera ser perdonado, era necesario que ese
    pecado sea trasladado al santuario. Y era trasladado gracias al animal sustituto, a su
    sangre, al trabajo del sacerdote y gracias al santuario. Sin estos elementos no puede
    haber perdón de pecados.
    Este ceremonial nos enseña que en la cruz NO HUBO PERDON DE PECADOS y
    TAMPOCO HUBO JUSTIFICACION. Si bien una justificación y un perdón de pecados
    como un solo paquete sin hacer distinción entre la ofrenda y el sacrificio, y además
    completos ambos en la cruz fue una verdad presente para los Reformadores en el
    siglo XVI—hoy ya no vivimos en el siglo XVI, y esto ya no es verdad presente para la
    iglesia de Laodicea.
    La verdad presente para nosotros, a partir de 1844, es una justificación diaria con
    Sacerdocio de Cristo, justicia de Cristo y con Santuario Celestial. Se trata de un
    perdón de pecados diario con Sacerdocio de Cristo, sangre de Cristo y con Santuario
    Celestial. Nuestros pecados deben ser transferidos diariamente al Santuario
    Celestial, para que—así como ocurría en el día de juicio simbólico—nuestros
    pecados puedan ser expiados o borrados de nuestros registros en el día del JUICIO.
    PP pg. 367/1 (322.1) – “Las horas designadas para el sacrificio matutino y
    vespertino se consideraban sagradas, y llegaron a observarse como momentos
    dedicados al culto por toda la nación judía. Y cuando en tiempos posteriores los
    judíos fueron diseminados como cautivos en distintos países, aun entonces a la hora
    indicada dirigían el rostro hacia Jerusalén, y elevaban sus oraciones al Dios de Israel.
    En esta costumbre, los cristianos tienen un ejemplo para su oración matutina y
    vespertina. Si bien Dios condena la mera ejecución de ceremonias que carezcan del
    espíritu de culto, mira con gran satisfacción a los que lo aman y se postran de
    EstudiaLaBiblia.co / LeeLaBiblia.co / SenalesDelFin.com / SolaScriptura.es
    103
    mañana y tarde, para pedir el perdón de los pecados cometidos y las
    bendiciones que necesitan.”
    Esas “bendiciones que necesitamos” diariamente, tanto de maña como tarde, es que
    seamos justiciados, perdonados, y que se nos conceda al Espíritu Santo para que
    pueda escribir la Ley en nuestras mentes y corazones, y para que siembre en
    nosotros los frutos del espíritu (Gálatas 5:22-23), para que así podamos estar
    capacitados para obedecer y andar en el camino de la genuina santificación.
    PP pg. 366/2 (321.3) – “Mientras de mañana y de tarde los sacerdotes entraban en
    el lugar santo a la hora del incienso, el sacrificio diario estaba listo para ser ofrecido
    sobre el altar de afuera, en el atrio. Esta era una hora de intenso interés para los
    adoradores que se congregaban ante el tabernáculo. Antes de acercarse a la
    presencia de Dios por medio del ministerio del sacerdote, debían hacer un ferviente
    examen de sus corazones y luego confesar sus pecados. Se unían en oración
    silenciosa, con los rostros vueltos hacia el lugar santo. Así sus peticiones ascendían
    con la nube de incienso, mientras la fe aceptaba los méritos del Salvador prometido
    a quien simbolizaba el sacrificio expiatorio.”
    PP pg. 367/2 (322.2) – “El pan de la proposición se conservaba siempre ante la
    presencia del Señor como una ofrenda perpetua. De manera que formaba parte del
    sacrificio diario, y se llamaba el pan de la proposición’ o el pan de la presencia,
    porque estaba siempre ante el rostro del Señor. Lo dicho en Éxodo 25:30 era un
    reconocimiento de que el hombre depende de Dios tanto para su alimento temporal
    como para el espiritual, y de que se lo recibe únicamente gracias a la mediación
    de Cristo. En el desierto Dios había alimentado a Israel con el pan del cielo, y el
    pueblo seguía dependiendo de su generosidad, tanto en lo referente a las
    bendiciones temporales como a las espirituales. El maná, así como el pan de la
    proposición, simbolizaba a Cristo, el pan viviente, quien está siempre en la presencia
    de Dios para interceder por nosotros. Él mismo dijo: ‘Yo soy el pan de vida […] que
    desciende del cielo’ (Juan 6:48-51). Sobre el pan se ponía incienso. Cuando se
    cambiaba cada sábado, para reemplazarlo por pan fresco, el incienso se quemaba
    sobre el altar como recordatorio delante de Dios.”
    El Servicio Diario terrenal era para el israelita un servicio de preparación para
    enfrentar el Servicio Anual o Día de Juicio, y era un servicio que además le enseñaba
    al israelita a confiar en la ofrenda y el sacrificio—como todo suficiente para
    satisfacer las demandas de la Ley, tanto para ser aceptado como para ser
    perdonado. El israelita también debía aprender a confiar en el trabajo del sacerdote,
    en el lugar de trabajo del sacerdote que era el santuario y en la misericordia de Dios
    (Joel 2:13; Éxodo 34:6).
    EstudiaLaBiblia.co / LeeLaBiblia.co / SenalesDelFin.com / SolaScriptura.es
    104
    El Servicio Diario le aseguraba al israelita:
    1. Aceptación o Justificación diaria cuando el sacerdote quemaba el incienso
    dentro del santuario dos veces al día (Éxodo 30:7-8; Ezequiel 20:41).
    2. Perdón de pecados confesados diarios cuando el sacerdote rociaba la sangre
    del Sustituto en el segundo velo (Levítico 4:16-17,20).
    3. Bautismo diario del Espíritu Santo cuando el sacerdote aumentaba a las
    lámparas en el lugar santo (Éxodo 30:7-8; Levítico 24:1-4; Salmo 51:10-11).
    Así el verdadero israelita estaba preparado para el Servicio Anual.
    PP pg. 368/1 (323.1) – “Esta (el servicio diario) era la obra que se hacía
    diariamente durante todo el año. Con el traslado de los pecados de Israel al
    santuario, los lugares santos quedaban manchados, y se hacía necesaria una obra
    especial para quitar de allí los pecados. Dios ordenó que se hiciera expiación
    para cada una de las sagradas divisiones lo mismo que para el altar. ‘Así lo limpiará
    y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel’ (Levítico 16:19).”

    Bookmark