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Curso Básico de La Doctrina Cristiana
Acerca de las clases

La Oración

Entre las cosas pertenecientes a la vida cristiana, mencionadas en la lección anterior, estaba incluida la oración. Ahora consideraremos esta parte de la vida cristiana por sí sola. Ella encierra una gran importancia en la vida del cristiano y merece especial atención en este estudio.

A. La importancia de la oración

El ser humano depende totalmente de Dios. Lo trágico de la humanidad es que se ha alejado de Dios. Para que ella pueda acercarse de nuevo a Dios, El ha enviado su Palabra en la Biblia y a su Hijo Unigénito. Allí El revela lo que El es y lo que son los hombres. En la Biblia Dios nos habla directamente. Ahora bien, la oración es nuestra respuesta a lo que Dios dice. La Biblia sola no debe satisfacernos. La oración por sí sola tampoco. En la primera, Dios habla al hombre. En la segunda, el hombre habla a Dios. Allí está la importancia de la oración: es hablar con Dios.
B. Los elementos de la oración
Estos elementos se extraen de los ejemplos que proporciona la Biblia misma.

1. Petición. Toda oración contiene un pedido a Dios. Estas peticiones que se hacen a Dios
deben hacerse con reverencia y acompañadas de gratitud a Dios, confesión de nuestra
debilidad y flaqueza y adoración al Dios Altísimo.

2. La posición. Este elemento es variable, pero siempre debe ser reverente. En la Biblia hay ejemplos de personas que oraban arrodilladas, otras de pie, otras postradas y otras
simplemente inclinadas. Quiere decir que no hay una posición fija ordenada por la Biblia.

3. Los gestos. Los ojos cerrados simbolizan el hecho de que al orar uno deja de lado el
mundo y las cosas visibles para ponerse en contacto con lo invisible. Las manos unidas
simbolizan la absoluta dependencia de Dios. De nada sirven nuestras manos en la oración.

C. El objeto de la oración
Hay miles de personas que dirigen sus oraciones a estatuas, ángeles o muertos. Tales, por
ejemplo, son las oraciones hechas a los «santos». En todas las oraciones relatadas en la Biblia, la persona siempre se dirige al Dios del cielo. ¿Por qué no ahora? Además, las oraciones del cristiano son dirigidas en el nombre de Cristo Jesús puesto que sólo por medio de El podemos recibir algo de Dios. Por nuestros propios méritos no podemos esperar nada de Dios, ya que nos hemos hecho odiosos ante El. Pero a Cristo Jesús Dios no puede negarle nada que sea para alguno de los que creen en El.

D. Los requisitos de la oración
Mencionaremos algunos nada más:

1. Sinceridad. No es posible hacer oraciones por mera costumbre u obligación y esperar que sean contestadas. Deben hacerse con sinceridad.

2. Reverencia. Nunca debe olvidarse que al orar uno está hablando con Dios, el Creador de todas las cosas, el Santo y Justo Dios. Eso demanda reverencia.
3. Confianza. De nada vale pedir a Dios alguna cosa si no hay absoluta confianza o fe en que El ha de darlo.

Muchas oraciones no son concedidas porque no se hacen con fe. El
Espíritu Santo puede ayudar al cristiano para orar como debe. Hay que buscar su
dirección. Debe entenderse que a veces lo que se pide no es conveniente para uno. Puede
serlo en nuestra estimación, pero Dios sabe más.

E. Los momentos de la oración

La pregunta es natural, ¿cuándo orar? En realidad, hay necesidad de orar durante toda la vida dondequiera que uno esté. Hay muchas circunstancias especiales también en que es necesario orar. Pero también hay momentos fijos de oración. Así por ejemplo, en el templo de Dios debe haber oraciones regulares. En la vida familiar debe orarse también. Generalmente, la hora de las comidas es apropiada para estas oraciones. Además de esto, cada cristiano debe tener momentos de oración en secreto: a solas con Dios. Esto reconforta y da vigor al alma.

F. Por quiénes orar

Es difícil enumerar a todos por quienes el cristiano debe hacer oraciones. Sólo se pueden
mencionar algunos. El creyente debe orar por sí mismo y por toda clase de gente. Los hombres en puestos de responsabilidad, como son los hombres en el gobierno, la necesitan. Los pastores y ministros que predican a Jesucristo; los hermanos en la fe; la iglesia. También por los enemigos.
Todo esto lo ordena Dios en la Biblia. Dios sólo prohíbe en la Biblia orar por los muertos y por aquéllos que han cometido un pecado imperdonable. Una cosa es verdad: nunca estará de más una oración por otros, sean quienes fueren.

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