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SECCIONES
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Curso Básico de La Doctrina Cristiana
Acerca de las clases

La Creación

A. La palabra «crear»
La Biblia dice que Dios creó el cielo y la tierra. En las Escrituras, esta palabra «crear» se usa generalmente con el sentido de «hacer una cosa de la nada». Es decir que Dios, sin usar ningún material preexistente, pudo hacer la tierra y formar todo el universo solamente a través del poder de su Palabra.

Pero hay que reconocer que en ciertas ocasiones la Biblia usa la palabra «crear» con el significado de «hacer algo de otros materiales ya existentes». O sea que esta palabra tiene dos significados en la Biblia:

1. Creación primaria. Esto es crear de la nada, sin la existencia de materiales. Tal es la
creación del cielo y de la tierra puesto que Dios no usó ningún material sino que con el
poder de su Palabra ordenó que las cosas fuesen. Y éstas fueron, como puede verse en
Génesis 1. (Véase Sal. 33:6,9).

2. Creación secundaria. Esto es crear de materiales ya en existencia. Tal es, por ejemplo, la creación del hombre. Dios tomó del polvo de la tierra, un material ya existente, y con eso formó al hombre. Esa creación, sin embargo, no quita nada del poder de Dios por cuanto aun en esto sólo Él puede hacerlo.

B. Los días de la creación.
Las Escrituras describen la obra de la creación como realizada en seis días. Observando el
proceso, podemos comprobar orden en esa obra. Es muy evidente que Dios es un Dios de orden.
1. El primer día. «… la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo».

Así comienza el relato de la creación. Dios pues, con su Palabra creadora,
ordenó que fuese la luz. Y la luz fue.
2. El segundo día. Una espesa niebla cubría aún el mundo. Dios ordenó la separación de lamisma, formando así las nubes arriba y las aguas abajo.

3. El tercer día. Las aguas son separadas por la Palabra de Dios. Se formaron así los mares, lagos y ríos, como también la tierra seca. Además, en este día Dios creó las plantas.

4. El cuarto día. Para satisfacer las necesidades de las plantas, el sol era necesario. En este
día Dios creó el sol, la luna y las estrellas.

5. El quinto día. En esta jornada Dios quiso poblar lo que había hecho. Creó, en
consecuencia, los peces para los mares y las aves para los aires.
6. El sexto día. El mundo estaba ya casi completo. En el último día Dios hizo los animales
de la tierra. También en este día Dios creó la corona de su creación, a saber, el hombre,
para que administrara la creación en nombre del Creador.

7. El séptimo día. Dios miró todo lo que había hecho y vio que era bueno. Esto quiere decir que todo lo que Dios había hecho servía sus propósitos. Por ejemplo, las aves que hizo servían para poblar el aire y los árboles. Dios descansó ese día de todo lo que había
hecho. Con ello Dios nos indica que también nosotros debemos descansar un día de cada
siete.
C. El propósito de la creación.
La pregunta puede hacerse: ¿Para qué creó Dios el mundo? Podemos conjeturar sobre el asunto y proponer toda clase de respuestas. Conviene pues ir a la Biblia y ver allí si hay algo sobre esto.
En Isaías 43:7 tenemos una indicación: “. . . para gloria mía los he creado, los formé y los hice «.
Ese es el propósito principal: la gloria de Dios. Así como un arquitecto recibe gloria por una obra majestuosa de su mano, Dios recibe gloria sin fin del mundo que hizo.

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