La Deidad de Jesús | Conozcamos la verdad y seamos libres

La Deidad de Jesús | Conozcamos la verdad y seamos libres

Padre celestial, te agradecemos por la oportunidad de reflexionar sobre la divinidad de Jesús. Gracias por enviar a tu Hijo a este mundo para salvarnos de nuestros pecados y enseñarnos el camino hacia la vida eterna. Ayúdanos a seguir su ejemplo y a vivir nuestras vidas en conformidad con tu voluntad.

Te pedimos que nos des la sabiduría para entender las Escrituras y la fortaleza para vivir según tu palabra. Que podamos ser fieles seguidores de Jesús, comprometidos con tu obra en este mundo, y que podamos compartir el amor y la verdad de tu mensaje con los demás.

Te pedimos todo esto en el nombre de Jesús, nuestro Señor y Salvador, quien vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos para reflexionar sobre la divinidad de Jesús, el hijo de Dios. Como creyentes en la palabra de Dios, debemos tener una comprensión clara y sólida de quién es Jesús y qué significa su divinidad para nosotros como seguidores de Cristo.

En primer lugar, debemos abordar los comentarios que se oponen a la divinidad de Jesús. Algunos argumentan que Jesús fue simplemente un hombre bueno, un profeta, un líder espiritual, pero no un ser divino. Sin embargo, la Biblia nos presenta una imagen muy diferente de Jesús.

En Juan 1: 1 3 se nos dice: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por él, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho». Aquí se nos muestra claramente que Jesús no era solo un hombre, sino que existía desde el principio de los tiempos y fue parte de la creación misma.

Además, en Colosenses 1: 15 17 se nos dice que Jesús es «la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda criatura. Porque en él fueron creadas todas las cosas en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean poderes, sean autoridades; todas las cosas han sido creadas por medio de él y para él. Él es antes de todas las cosas, y en él todas las cosas subsisten». Jesús no solo fue parte de la creación, sino que también es el Creador mismo.

Además, en Juan 10: 30 Jesús declaró: «Yo y el Padre somos uno». Esta declaración muestra la unidad de Jesús con Dios Padre y su divinidad.

Pero, ¿por qué es importante entender la divinidad de Jesús? ¿Qué significa para nosotros como creyentes?

En primer lugar, la divinidad de Jesús demuestra su poder y autoridad sobre todas las cosas. En Mateo 28: 18 Jesús dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra». Como creyentes, debemos confiar en su autoridad y poder para guiarnos y protegernos en nuestra vida diaria.

Además, la divinidad de Jesús también muestra su amor y compasión por nosotros como seres humanos. En Hebreos 4: 15 16 se nos dice que Jesús es «un sumo sacerdote compasivo y misericordioso», que puede sentir nuestras debilidades y tentaciones porque él mismo las experimentó. Su divinidad nos permite acercarnos a él y confiar en su amor y gracia para perdonar nuestros pecados y guiarnos hacia la salvación eterna.

Por último, como creyentes en la divinidad de Jesús, debemos esforzarnos por seguir su ejemplo y vivir nuestras vidas de acuerdo con sus enseñanzas. En Filipenses 2: 5 8 se nos dice: «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma

de siervo, hecho semejante a los hombres. Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz». Siguiendo el ejemplo de Jesús, debemos humillarnos, servir a los demás y amar a nuestros prójimos como a nosotros mismos.

En conclusión, la divinidad de Jesús es un tema central en nuestra fe cristiana. La evidencia bíblica nos muestra claramente que Jesús es mucho más que un hombre, es el hijo de Dios, el Creador, el Salvador, y nuestro Señor y Maestro. Debemos esforzarnos por comprender y vivir según su ejemplo, confiando en su poder y gracia para guiarnos en nuestra vida diaria y en nuestro camino hacia la vida eterna. Que Dios bendiga a cada uno de ustedes en su camino de fe. Amén.

Por supuesto, hermanos y hermanas en Cristo, también podemos encontrar referencias en el Antiguo Testamento que apoyan la divinidad de Jesús.

Por ejemplo, en Isaías 9: 6 se profetiza acerca de Jesús: «Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y el gobierno reposará sobre sus hombros; y su nombre será Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz». Aquí se le llama «Dios Poderoso» y «Padre Eterno», lo que sugiere su divinidad.

Otra referencia se encuentra en Miqueas 5: 2, donde se profetiza sobre la venida de Jesús: «Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti saldrá aquel que ha de gobernar a Israel. Y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad». Aquí se le describe como alguien que ha existido desde la eternidad, lo que nuevamente sugiere su divinidad.

En el Salmo 45: 6 7 se dice: «Tu trono, oh Dios, permanece eternamente y para siempre; cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la maldad; por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros». Este pasaje describe a Dios como el que ha ungido a Jesús, lo que nuevamente sugiere que Jesús es divino.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo el Antiguo Testamento apoya la divinidad de Jesús. Como creyentes en la palabra de Dios, debemos prestar atención a todas las Escrituras, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, para obtener una comprensión completa de nuestra fe.

Comprarte las buenas noticias, El Arte de servir.

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