¿Son  malos los tatuajes? 

¿Qué piensa Dios de los piercings?

En realidad estas son dos preguntas que con frecuencia me hacen por separado, pero decidí juntarlas porque están muy emparentadas. ¿Son o no son malos los tatuajes? ¿Y los piercings? ¿Qué opina Dios al respecto?

Los tatuajes y los piercings existen desde hace miles de años, y han tenido diferentes significados y funciones en cada cultura. Los tatuajes en Egipto estaban relacionados con lo erótico, las mafias japonesas los utilizaban para «marcar» a sus integrantes, cristianos en Roma se marcaban para dar testimonio de que eran cristianos y se han utilizado en distintos lugares para asustar a los enemigos en el campo de batalla. En muchas culturas precolombinas los tatuajes y los piercings han estado relacionados con la estratos sociales, con diferentes religiones y en otras épocas y culturas han sido símbolos de esclavitud, e incluso en otras se han usado como símbolos de poder y distinción, como señal de luto, y en muchas tribus los tatuajes y piercings forman parte de los ritos de iniciación en la vida adulta.

En nuestra cultura actual estas prácticas comenzaron a extenderse a partir de los años ’80, y hoy en día son relativamente comunes entre los jóvenes (e incluso los no tan jóvenes), que en general los usan para estar «a la moda» y ser aceptados por determinado grupo social o para destacar algo que para ellos es importante. También, parte del atractivo es el hecho de que en muchos casos sean algo «prohibido» por los mayores, y por los padres en particular.

Pero ¿Qué piensa Dios de todo esto? En la Biblia encontramos lo siguiente: «No se hagan heridas en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel. Yo soy el Señor.» (Levítico 19.28) Aquí vemos que en el Antiguo Testamento Dios prohibió a su pueblo que se hicieran tatuajes en la piel o cualquier clase de herida en el cuerpo porque en ese tiempo evidentemente los hebreos estaban rodeados de pueblos paganos que de esa manera honraban a otros dioses y eso era abominación. Si prestamos atención, el problema no era el dibujo en la piel sino lo que significaba para ese contexto y lo mismo creo que debemos cuidar hoy.

¿Qué significa para tus padres? ¿Qué significa para tus pastores y para las personas que debes honrar según el criterio de Dios? Yo me animo a decirte que no creo que a Dios le genere ninguna diferencia que las mujeres usen aretes a que los usen los hombres, porque evidentemente esa es una cuestión de interpretación cultural. Ni tampoco creo que le ofenda que te hagas un dibujo en la piel a no ser que honres cosas en tu vida que le roben el primer lugar a Él. Pero sí creo que a Dios le importa mucho que no obedezcas a tus padres o que no honres a tus pastores y líderes en la iglesia. Por otra parte, si en el círculo donde te mueves los tatuajes son señal de rebeldía o de pandillas o de drogas estoy seguro de que no le van a agradar a Dios. O si los aros o aretes ponen en duda ante la gente tus inclinaciones sexuales, entonces tampoco creo que eso le agrade.

Insisto: el problema no está en el «artefacto» o en hacerse un dibujo en la piel si se hace con todos los cuidados higiénicos y profesionales necesarios (por mucho tiempo ha existido la idea de que los tatuajes eran perjudiciales para la piel, pero hoy, aunque es cierto que pueden producir reacciones alérgicas en algunas personas o puede practicarse mal la operación, está ya probado que no tienen ningún efecto que se pueda decir que sea «general»). Lo que puede ser malo o no de estas prácticas depende de lo que significan para quienes te rodean y, sobre todo, de lo que hay en tu corazón.

En muchas ocasiones se me han acercado jóvenes a hacerme estas preguntas de si es bueno o no, y luego de explicarles lo que acabo de explicarte les digo que si lo que quieren saber es mi opinión personal, a mí me parece una tontería que se hagan tatuajes. O sea: no creo que sea pecado (si se cuida lo que acabo de escribirte), pero sí creo que es tonto hacerte un dibujo en la piel que luego te vas a tener que hacer una cirugía si te lo quieres sacar …

Si hoy eres joven tienes que tener en mente que un día vas a dejar de serlo. Un día vas a ser padre o madre, y probablemente también un día seas abuelo. Si eres hombre muy probablemente pierdas el pelo, y si eres mujer muy probablemente un día tengas arrugas en esa zona del cuerpo que te quieres tatuar. ¿Quedará bien ese tatuaje ahí cuando llegues a esa etapa de la vida? ¿Y qué va a significar el hecho de que lo tengas para tus hijos y para tus nietos?

En fin, creo que como en todas las otras cuestiones referidas a lo que es bueno y lo que es malo hay que usar mucho el cerebro, y pensar también en los demás y en lo que nuestras acciones producen en la vida de otras personas.

En cierta ocasión vinieron unos fariseos enojados a Jesús reclamando que sus discípulos no se lavaban las manos según la ley hebrea. Lo que los fariseos reclamaban estaba claramente indicado en el Antiguo Testamento, pero se habían olvidado de pensar en por qué Dios les había mandado esa ley, y en lo que verdaderamente era importante para Dios. Jesús les respondió:

«Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias. Éstas son las cosas que contaminan a la persona, y no el comer sin lavarse las manos.» (Mateo 15.19-20)

Recuerda que la mayoría de las veces los pecados se definen según las intenciones de tu corazón y según lo que tus acciones producen en otros. Si lo que te atrae de los tatuajes y los piercings es la rebelión o el egoísmo, entonces definitivamente serán un pecado para ti. Y si los necesitas para sentirte «especial» o aceptado, entonces también necesitas replantearte tus motivos, ya que eres especial para Dios sin eso, y tus amigos no son buenos amigos si necesitas hacer esto para que te acepten.

 


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