La pregunta implica que si existe un Dios bueno, entonces el mal no debería existir, pues si Dios es todopoderoso, debería suprimir el mal..
Debemos hacer y contestar dos preguntas. Primero, ¿qué es el mal? Es aquello que está contra Dios. Es cualquier cosa moralmente mala o errónea. Es injuriosa, depravada, impía. Algunos ejemplos podrían ser el asesinato, la violación, el robo, la mentira y el engaño. Segundo, si deseamos que Dios detenga el mal, ¿deseamos que lo detenga todo, o sólo parte de él? Es decir, si sólo parte del mal, ¿cuál parte y por qué? Si Dios sólo detiene parte del mal, todavía podríamos preguntar, «¿Por qué existe el mal en el mundo?»
Supongamos que alguien estuviese por cometer un homicidio. Dios debería detenerlo, tal vez susurrando en su oído o, si eso no funciona con algo más drástico como hacer que caiga alguna cosa sobre el homicida, o que su corazón se detenga, o hacer que sus manos se le caigan repentinamente. En cualquier caso, Dios debería hacer algo.
¿Y si alguien intentase robar? Dios también debería detenerlo, ¿no es verdad? Indudablemente, la imaginación de Dios posibilita métodos más prácticos que los que he sugerido, pero el resultado final sería el mismo.
¿Y las mentiras? Si alguien estuviera por mentir, entonces para ser coherente con tu pensamiento ¿no quisieras que Dios estuviera ahí para impedir que esa persona mienta? Después de todo, El no podría permitir ningún mal, ¿no es cierto?
Avancemos un paso más. Supongamos que alguien piensa algo malo. Entonces, por supuesto, Dios debería intervenir e impedirle pensar ninguna cosa mala en absoluto, ¿no es verdad? El resultado sería que Dios no podría permitir que nadie pensase libremente. Ya que todos piensan , y nadie piensa solamente buenos pensamientos Dios estaría bastante ocupado y nosotros no podríamos pensar. De todos modos, ¿en qué punto nos detenemos? ¿En la etapa de asesinato, de robo, de mentira o de pensamiento? Como lo indica tu pregunta, si anhelas que Dios detenga el mal, tendrías que ser consistente y querer que El lo hiciera siempre y en todas partes, no a veces y en algunas partes. Esto último no serviría.
El mal está en este mundo en parte porque nosotros le damos lugar pero en último extremo porque Dios, en Su soberanía, lo permite y lo mantiene bajo su control.
Entonces podrías decir, «¿No podría El simplemente habernos hecho perfectos y que de este modo no pecásemos?» El ya hizo esto. El hizo un ángel perfecto, Satán, pero éste pecó. El hizo un hombre perfecto, Adán, y pecó. El hizo una mujer perfecta, Eva, y también pecó. Dios sabe lo que hace. El nos hizo como somos con un propósito. Nosotros no entendemos tal propósito por completo, pero El sí.
Dios es soberano. Tiene el derecho de hacer lo que le plazca. Tiene el derecho de permitir el mal para lograr su voluntad definitiva. ¿Cómo puede hacer esto? Simplemente, mire la cruz. Fue por medios malvados que los hombres mintieron y crucificaron a Jesús. Empero Dios, en Su infinita sabiduría utilizó este mal para bien. Fue en la cruz que Jesús cargó con nuestro pecado en Su cuerpo (1 Pedro 2:24) y es debido a la cruz que podemos tener el perdón de nuestros pecados.
Considera el ejemplo bíblico de José, en el Antiguo Testamento. El fue vendido como esclavo por sus hermanos. Aunque ellos deseaban hacer un mal, Dios lo utilizó para el bien (Génesis 50:20). Dios es tan grande que nada ocurre sin Su permiso, y a través de tal permiso Su plan definitivo se desarrolla. En Su plan Dios es capaz de emplear para el bien lo que el hombre se propone para el mal. Dios es quien gobierna.