Es cierto, la Trinidad es un concepto difícil de entender e incluso los más grandes teólogos de la fe cristiana han descripto el enigma de maneras diferentes. La palabra Trinidad se refiere a que existe un solo Dios, pero en tres personas. Dios el Padre, que es el creador de todas las cosas, Cristo, el Hijo, que se encarnó para solucionar el problema del pecado y reconciliarnos con el Padre, y el Espíritu Santo que es la presencia de Dios moviéndose entre los humanos, y en especial en el interior de los cristianos.
La Trinidad es la unión de tres personas (Padre, Hijo, y Espíritu Santo) en un solo Dios, pero manteniendo cada uno su individualidad. No se trata de tres aspectos de una persona, ni de tres dioses trabajando juntos, sino de un Dios que es una unidad compuesta de tres personas. Cuando la Biblia habla de que hay un solo Dios, esto no se contradice con la Trinidad. Dios es uno, pero «compuesto». Es como cuando se dice
«el pueblo es uno». El pueblo es como uno, pero en realidad es una unidad compuesta de miles de personas. Y así también Dios es uno, pero compuesto por tres personas.
La Biblia claramente distingue a las tres personas de la Trinidad, y cuando las describe lo hace con lo que se conoce como «atributos de la personalidad». Esto no es particularmente importante en referencia a Jesús porque claramente Jesús es una persona, pero en el caso de Dios Padre y del Espíritu Santo es particularmente importante saber que son personas, porque esto implica que ellos no son «una energía», o una
«cosa» como los ídolos, sino que piensan, sienten, deciden y actúan como personas (es decir, tienen intelecto, sentimientos, y voluntad).
La palabra «Trinidad» no se encuentra en la Biblia, pero sin embargo la existencia de la Trinidad surge muy claramente del texto bíblico:
(bautizándose), al Espíritu Santo (descendiendo sobre él como paloma), y al Padre (hablando desde el cielo).
Finalmente te digo que incluso si no puedes entender completamente la doctrina de la Trinidad, puedes creer en ella con confianza, ya que es una doctrina que surge de la Biblia. Es lógico que con nuestras mentes humanas limitadas no podamos entender todo acerca de Dios, pero lo que no debemos hacer es limitar a Dios con nuestras mentes humanas limitadas.