El precio de la salvación | falsos maestros

El precio de la salvación | falsos maestros

¡Bienvenidos al tema de hoy, donde hablaremos de un asunto, que nos interesa a todos!

El arte de servir, compartamos las buenas noticias.

Hoy nos reunimos para hablar sobre una cuestión muy importante y delicada en el mundo cristiano: los falsos maestros que se enriquecen con la fe.

Desafortunadamente, estos individuos han existido desde los primeros días de la iglesia cristiana, y continúan existiendo hoy en día. Estos falsos maestros promueven enseñanzas falsas y peligrosas, y su único objetivo es enriquecerse a costa de la fe y la creencia de los creyentes en Cristo.

En Mateo 7:15, Jesús nos advierte sobre estos falsos maestros, diciendo: «Cuidado con los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces». También en 2 Pedro 2: 1, se nos dice que «hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre ustedes falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aún negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina».

Es importante que los creyentes en Cristo estén en guardia contra estos falsos maestros, para no ser engañados por sus enseñanzas falsas y peligrosas. Debemos ser cuidadosos y no creer todo lo que se nos dice, especialmente si suena demasiado bueno para ser verdad.

Además, debemos estar dispuestos a examinar las Escrituras y buscar la verdad por nosotros mismos. En Juan 8: 32, Jesús nos dice: «Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres». Debemos estar dispuestos a hacer nuestro propio estudio bíblico, y no depender completamente de lo que otros nos dicen.

En lugar de seguir a estos falsos maestros, debemos seguir a Cristo y sus enseñanzas. En Juan 14:6, Jesús nos dice: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí». Solo a través de Cristo podemos encontrar la verdadera vida y salvación, y no debemos depender de otros para encontrarlo.

En resumen, debemos estar en guardia contra los falsos maestros que se enriquecen con la fe, examinando cuidadosamente lo que se nos dice y buscando la verdad por nosotros mismos. Debemos seguir a Cristo y sus enseñanzas, y no depender de otros para encontrar la salvación. Recordemos las palabras de 1 Juan 4:1: «Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo».

Que Dios les bendiga y les guíe en su búsqueda de la verdad y la salvación en Cristo. ¡Amén!

Además de estar alerta contra los falsos maestros, también debemos ser conscientes de las motivaciones detrás de sus enseñanzas falsas. Muchas veces, estos falsos maestros promueven una teología de la prosperidad, que sugiere que si somos lo suficientemente fieles, Dios nos recompensará con riqueza y éxito. Sin embargo, esto no es lo que la Biblia nos enseña.

En Mateo 6: 19 21, Jesús nos dice: «No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde los ladrones entran y roban. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho destruyen, ni los ladrones entran a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón». En otras palabras, nuestro enfoque debe estar en acumular riquezas y tesoros en el cielo, no en la tierra.

En Filipenses 4:11 13, el apóstol Pablo nos dice: «No digo esto porque tenga necesidad, pues he aprendido a estar contento cualquiera que sea mi situación. Sé lo que es vivir en la pobreza, y sé lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece». Pablo nos enseña que nuestra verdadera riqueza no se encuentra en la cantidad de bienes materiales que poseemos, sino en nuestra relación con Cristo.

En lugar de buscar la riqueza y la prosperidad en la tierra, debemos buscar la verdadera riqueza y prosperidad en nuestra relación con Cristo. Debemos estar dispuestos a sacrificar nuestras propias comodidades y deseos por el bien del Reino de Dios. Como se nos dice en Lucas 9: 23: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame».

En conclusión, debemos estar alerta contra los falsos maestros que promueven enseñanzas falsas y peligrosas, y buscar la verdad por nosotros mismos a través del estudio de la Palabra de Dios. Además, debemos estar conscientes de las motivaciones detrás de estas enseñanzas falsas, y buscar la verdadera riqueza y prosperidad en nuestra relación con Cristo, no en las riquezas materiales de este mundo. Que Dios nos guíe en nuestro camino hacia la verdad y la salvación en Cristo. ¡Amén!

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