Contenido del curso
Teología Bíblica – Clase 2: Protectora y Guía para la Iglesia
Clase esencial Teología Bíblica Clase 2: Protectora y Guía para la Iglesia
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«Señor, esto es una iglesia local»
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Esenciales e indispensables: Las mujeres y la misión de la Iglesia
La contribución de las mujeres a la misión de la iglesia no es sólo «importante» o «vital» o «crítica». Las mujeres son «esenciales e indispensables» para la misión y el ministerio de la iglesia. Así lo afirma la conferenciante y escritora Jen Wilkin, de The Village Church, en Flower Mound, Texas.
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Teología Bíblica
Acerca de las clases

A. La Palabra de Dios fue escrita por seres humanos

Piensa en 2 Pedro 1:19-21: «Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.» Fíjate que los versículos se refieren a los profetas como hombres que hablaron, y cuando los hombres hablan usan un lenguaje humano que crea y refleja la cultura en que viven. Y lo que es más, los autores de la Escritura no todos hablaban el mismo idioma, vivían en el mismo lugar, ni estaban bajo el mismo gobierno. La Biblia es un libro muy humano, y para entenderlo tenemos que comprender la diversidad de lenguas, culturas y contextos de los autores.

B. La Palabra de Dios fue escrita por Dios

En la Escritura no solo hay diversidad sino también unidad porque es un libro divino. Tal y como lo establece 2 Pedro 1:19-21, Dios está detrás de los diferentes autores humanos y profetas. Pablo dice en 2 Timoteo 3:16: «Toda la Escritura es inspirada por Dios.» Esta es la doctrina de la inspiración, una doctrina que no significa que Dios bloqueó la mente y personalidad de los autores humanos y los utilizó como si fueran un teclado de computadora, sino que es la descripción de la Escritura misma como fruto del Espíritu Santo trabajando soberanamente a través del autor humano.

La Biblia es la revelación de Dios. Lo que dice la Escritura es lo que Dios dice. A pesar de la gran cantidad de autores humanos que hay detrás del texto de la Escritura hay un autor divino único que prevalece, una mente y una voluntad única. Esto significa que debemos esperar encontrar unidad y coherencia en la historia general. Los autores humanos pueden no haberlo percibido en el momento que escribían, pero  el autor Divino pudo y vio toda la historia y la escribió de tal manera que todo se relaciona.

C. Dios se revela a sí mismo de forma progresiva

El islam entiende que el Corán fue revelado a Mohammed descendiendo del cielo de forma milagrosa. Los textos sagrados del budismo y confucionismo están confinados a la vida de un solo hombre. Pero Dios reveló de manera progresiva más y más de sí mismo y su historia a través del tiempo. La Escritura fue escrita en un período de dos milenios, y su contenido no son son como perlas en una cuerda, discretas y que no se relacionan una con otra sino que cada acto de revelación era una continuación de lo que hubo anteriormente y una preparación para lo que vendría después.

D. Dios se reveló a sí mismo en la historia

La crucifixión y resurrección de Cristo son eventos objetivos en la historia que no solo revelan información acerca de Dios y la redención sino que también hacen algo en la historia; específicamente cumplen con la redención. Por tanto, la Biblia no es simplemente una historia contada por humanos acerca de la salvación de ellos de parte de Dios sino que es un drama dictado y explicado por Dios acerca de Dios. Es una historia de «muestra y cuenta» y así en la teología bíblica hablamos de la historia redentora. Esto no se opone a la verdadera historia sino que es una historia selectiva y enfocada en los eventos únicos que dieron lugar a la narración de Dios sobre la redención de su pueblo.

E. La revelación de Dios tiene un carácter orgánico

Esto no sucede simplemente como una construcción que avanza progresivamente de un plano a una edificación terminada, uniendo esta pieza con esa pieza, sino que se revela y se desarrolla desde la forma de semilla hasta crecer como un árbol. Es algo que comienza pequeño pero que luego crece como la idea del sacrificio:

  • Primero, es solo una ofrenda quemada cuyo aroma agrada a Dios con Noé.
  • Luego es un sacrificio sustitutivo con Abraham.
  • Luego son sacrificios sustitutivos que hacen que un ángel de la muerte sea la pascua de Moisés.
  • Luego son sacrificios sustitutivos que traen la expiación en la ley de Levítico.

¿Te das cuenta de lo que quiero decir con orgánico? Las ideas crecen como si fueran semillas para que su significado se expanda hasta que la verdad original y simple se revele como algo complejo y rico, de varios niveles y profundamente hermosa.

F. Dios se revela a sí mismo en la narración

La Biblia como un todo es entendida mejor como una narración o una sola historia: una historia acerca de un rey, un reino y la relación del Rey con sus súbditos. Es una historia que nos incluye a nosotros hoy en día. Esto no significa que simplemente nos inspira sino que nos integra. Estamos en ella y por eso no solo la interpretamos sino que nos interpreta diciéndonos quienes somos y cuán verdadera es la realidad.

G. Dios se revela a sí mismo en las noticias

La Biblia presenta una historia, sí, ¡pero esa historia nos presenta noticias! Es como la ilustración de la noticia del periódico que utilicé anteriormente. Pero contrario a la noticia del periódico gana la serie mundial, esta noticia tiene implicaciones dramáticas para nuestra vida. No creas que la teología bíblica es solo para darle brillo a la historia y la literatura, porque si incluye nuestra vida como acabo de decir debe tener un mensaje acerca de cómo vivir.

H. Dios se revela a sí mismo en Cristo

Existe un punto culminante en la historia de los actos redentores de Dios y ese es la persona y obra de Jesús. Este es el punto y centro de gravedad de la historia, según consideramos más arriba.

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