Más de 2000 Años de Historia
Acerca de las clases

MAHOMA Y EL SURGIMIENTO DEL ISLAM

“Sera un hombre indómito como asno salvaje. Luchara contra todos, y todos lucharan contra él, y vivirá en conflicto con
todos sus hermanos”.

Génesis 16:12 (NVI)
principios del siglo VII parecía que Europa comenzaba a salir de la crisis que los barbaros habían
provocado, todo apuntaba que el gobierno cristiano estaba estabilizándose ya que muchos se había
cristianizado, pero de donde menos se esperaba, de tierras lejanas de palestina, comenzó a tomar fuerza una
nueva amenaza que sacudiría a las naciones cristianas, las cuales amparándose en el Corán como su libro sagrado, decidieron
emprender una serie de conquistas iniciando así la guerras santas. Bernardino Llorcanos dice en su Manual de Historia
Eclesiástica: “Al mismo tiempo que se efectuaba el cambio fundamental europeo y el cristianismo se afianzaba
definitivamente en los nuevos pueblo germánicos, surgió en el Oriente un nuevo enemigo, que constituyo luego durante
largos siglos el mayor peligro de la cristiandad. Este enemigo era el Islam, fundado en Arabia por Mahoma, que arrebato
rápidamente al Asia, África y Europa naciones enteros donde el cristianismo se hallaba sólidamente establecido”.
Mahoma.

Mahoma (569/570- 632) fue el profeta fundador de la religión islam. Su nombre completo en lengua árabe es Abu l-
Qāsim Muḥammad ibn ʿAbd Allāh al-Hāšimī al-Qurayšī, el cual se translitera a nuestro idioma como Mahoma. Fue hijo de

una familia prominente, su padre murió antes que él naciera y su madre murió cuando él tenía seis años, a partir de allí su
crianza estuvo a cargo de tío. Lamentablemente una los negocio no fueron tan buenos y Mahoma termino como un humilde
pastor. Con el tiempo se unió al comercio de las caravanas, y su éxito fue tal que la viuda rica Cadija lo puso al frente de sus
negocios, y tiempo después, Cadija y Mahoma contrajeron matrimonio. Mientras vivió, Cadija fue el consejero y auxiliar más
cercano con que contó Mahoma. En todo este tiempo Mahoma vivió como una personal común y corriente sin saber que su
influencia cambiaría el mundo. Justo L. González nos dice cómo fue que la vida de Mahoma dio un giro inesperado:
“Alrededor del año 610, cuando contaba unos cuarenta años, comenzó la carrera religiosa del Profeta. Este había
acostumbrado retirarse de vez en cuando a un lugar apartado, para orar y meditar. Por esa época, había tenido ya amplios
contactos con el judaísmo y con el cristianismo, pues en Arabia había buen número de judíos, y había también cristianos de
diversas sectas. Algunas de estas sectas habían perdido todo contacto con el resto de la iglesia siglos antes, y por tanto sus
doctrinas habían evolucionado por caminos a veces extraños. En todo caso, según cuenta la leyenda musulmana, Mahoma se
encontraba en una montaña cerca de Meca cuando se le apareció el ángel Gabriel y le ordenó que proclamara el mensaje
del único Dios verdadero”. Aunque con dificultades y duda, Mahoma pronto comenzó a proclamar el mensaje que había
recibido del ángel al estilo de los profetas del Antiguo Testamento asegurando que su mensaje era una continuación de estos
y de Jesús a quien no lo considero divino, pero si un profeta. Su mensaje de un único Dios choco con las religiones politeístas
de Arabia, especialmente con los intereses de los líderes árabes de la Meca. Debido al conflicto que surgió, en el año 622,
Mahoma se vio obligado a retirarse a un lugar aislado cercano a un oasis donde estaba una población que después recibió el
nombre de Medina. Es a partir de esa fecha que los musulmanes cuentan los años. Fue allí donde por primera vez se
estableció una comunidad mahometana, en la que el culto y la vida civil y política siguieron las normas trazadas por el
Profeta. Con forme los años pasaba las luchas entre ambas facciones se dieron imponiéndose el Islam hasta controlar toda
Arabia.
El Avance del Islam.
A la muerte de Mahoma el liderazgo de los musulmanes cayó en los califas (del árabe califat, que quiere decir
“sucesor”). Fue a través de ellos que los árabes comenzaron a invadir nuevos territorios que en aquel entonces se encontraban
bajo el dominio cristiano. Así las ciudades de Siria, Damasco, Cesarea, Gaza, todo el imperio Persa, Egipto, donde fundaron
A

Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
Historia Eclesiástica: Un Vistazo a Nuestros Orígenes
64

el Cairo, la isla de Chipre, el norte de África, muchas partes de España y Francia, y hasta la misma Jerusalén llegaron a caer
bajo su dominio. Justo L. González dice: “Cien años mediaron entre la muerte de Mahoma y la batalla de Poitiers. Fueron
cien años que cambiaron la faz del Mediterráneo, y tendrían profundas implicaciones para el futuro de la región y de la
iglesia. Hasta entonces, a pesar de las invasiones de los bárbaros, el Mediterráneo había sido un lago romano. Es cierto que
durante algún tiempo los vándalos dominaron la navegación en la región al oeste de Italia. Pero ese dominio fue breve, y en
todo caso nunca llegó a interrumpir la navegación y el comercio entre Egipto y Siria, por una parte, y Constantinopla e
Italia, por otra. Ahora los musulmanes se habían adueñado de toda la costa del Mediterráneo, desde Antioquía, junto al Asia
Menor, hasta Narbona en el sur de Francia, y por tanto el comercio marítimo cristiano quedó limitado a la porción nordeste
del Mediterráneo (los mares Egeo y Adriático), y el Mar Negro”.

CARLOMAGNO

“Cuando Carlomagno fue coronado emperador por el Papa, casi toda la cristiandad occidental formaba parte de su
imperio, fuera del cual quedaban sólo las Islas Británicas y los rincones de España hacia donde se habían replegado los
cristianos tras las invasiones musulmanas”.

Justo L. González
l morir Pepino, rey de Francia, en el año 768, sus dominios quedaron divididos entre sus dos hijos: Carlos y
Carlomán. Dos años después falleció este último y Carlos fue proclamado único monarca del país. Hombre
de grandes ideas, pensó en extender sus dominios y mejorar las tristes condiciones de sus súbditos. Sus
guerras fueron contra los lombardos, los sajones y los árabes de España. Carlomagno se había casado con la hija del rey de
los lombardos; pero como este matrimonio desagradó al papa, la repudió y se casó con otra y desde entonces sus relaciones
con el ofendido suegro quedaron rotas. Animado por el papa, Carlomagno pasó los Alpes, y al frente de un poderoso ejército,
penetró en Italia y llevó cautivo a Francia al rey de los lombardos, quedando así dueño de toda la Italia del Norte.
Carlomagno aspiraba a restaurar el antiguo esplendor y grandeza del Imperio Romano, unificándolo sobre la base de la
religión cristiana, a la manera que él y el papa la entendían. Para lograr este fin, uno de sus grandes afanes fue el de
conquistar a los sajones de Alemania, haciéndolos entrar a formar parte de su reino, e imponiéndoles el bautismo como sello
de la nueva religión. Tuvo que luchar con un pueblo guerrero y amante de la libertad, que constantemente se sublevaba no
bien sus conquistadores estaban luchando en otra parte. Pero las armas de Carlomagno lograron por fin dominarlos y por la
fuerza hacerles aceptar el cristianismo, obligándolos bajo pena de muerte a recibir el bautismo, a observar los ritos de la
iglesia papal y a pagar a ésta los diezmos. Para conseguir esto tuvo que hacer derramar mucha sangre, y en una ocasión
mandar asesinar a cuatro mil quinientos prisioneros sajones que no querían conformarse a sus designios, y expatriar a diez
mil familias, quitándoles los bienes, parte de los cuales dio a la iglesia. Estos actos de imposición y crueldad demuestran cuan
poco sabía de la esencia de la religión cristiana, este hombre a quien la iglesia de Roma ha canonizado, y cuan desastrosa es
la cooperación del poder civil en la obra de propagar creencias religiosas. En las guerras que emprendió contra los árabes que
dominaban en España, no tuvo éxito, viéndose obligado a retroceder ante la fuerza que oponían sus enemigos. Entró en Roma
con el fin de liberar al Papa, que había sido hecho prisionero y que estaba encerrado en un convento, y el año 800, el día de
Navidad, fue coronado en la basílica de San Pedro, y proclamado emperador de Occidente, estando comprendidos en sus
dominios los territorios que actualmente forman Francia, Bélgica, Holanda, Suiza, la mayor parte de Alemania, de Austria e
Italia y porciones de Turquía y España.
Carlomagno no fue negligente en lo que se refiere al progreso y desarrollo de sus súbditos. Era gran admirador de las
artes y de las letras, e hizo todo lo que estaba de su parte para lograr su desenvolvimiento. Fundó muchas escuelas,
universidades y bibliotecas, se esforzó en dar al clero mayor grado de instrucción, se rodeó de los pocos sabios que había en
sus días, y él mismo recibía lecciones. Su palacio era una verdadera academia. Su celo por el pontificado fue ciego y ninguno
como él contribuyó a afianzarlo. Las donaciones de territorio hechas por Pepino a la sede de Roma, fueron aumentadas por él,
con lo cual tomó incremento el poder temporal de los papas. Hizo obligatorio el pago de los diezmos a la Iglesia. Carlomagno
murió en el año 814, en Aix-la-Chapelle, su habitual residencia, a la edad de setenta y dos años, después de haber reinado
cuarenta y seis.
A

Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
Historia Eclesiástica: Un Vistazo a Nuestros Orígenes
65

LAS CRUZADAS

Bookmark