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Acerca de las clases

La Iglesia Apostólica

“Los Hechos del Señor Resucitado por el
Espíritu Santo en la Iglesia y a través de

ella”.
Stanley M. Horton

“Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían
creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos
según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían
juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a
la iglesia los que habían de ser salvos”.

Hechos 2:43-47

INTRODUCCIÓN

omo lo vimos anteriormente, la iglesia nación en el día de Pentecostés, y a partir de allí comienza a influir en
el mundo, siendo sus principales líderes los apóstoles y discípulos que conocieron al Señor en vida. Se
conoce como Iglesia Apostólica, aquel periodo que comprende desde los inicios del cristianismo en el año
30 d.C., hasta la muerte del último de los apóstoles, Juan, aproximadamente en el 100 d.C. Para esta época el mundo
antiguo se encontraba conquistado por Roma, los cuales habían establecido a lo largo de todo el mundo un sistema de
carreteras que conectaban con diferentes ciudades importante y la misma Roma, lo cual le ayudaría a los apóstoles,
especialmente a Pablo a difundir el mensaje del evangelio. La religión del imperio romano y de todas sus provincias
conquistadas era politeísta, es decir, creían en muchos dioses, los cuales eran los mismos dioses de la miología griega los
cuales eran nombrados de manera diferente. En este periodo de la historia existía una influencia cultural que tendía a
introducir la cultura griega en todo el mundo, el cual se conoció como helenismo y por tal motivo el griego era el idioma
universal de aquel entonces. Durante este periodo existían tres grupos religiosos importantes que participaron en los
acontecimientos históricos. El primer grupo religioso es el de los fariseos, los cuales se cree que descienden de los jasideos
(devotos) quienes lucharon al lado de los macabeos por la libertad religiosa (166-42 a.C.). Luego, el nombre fariseo aparece
por primera vez en el contexto de los macabeos, nombre que significa “separados”, posiblemente porque rechazaban
cualquier movimiento que tratara de contaminar las tradiciones judías. Este grupo destaco principalmente durante el reinado
de Juan Hircano (135-104 a.C.), al oponerse al deseo de éste de su extensión militar y política, alcanzando su mayor opresión
durante el reinado de Alejandro Janneo (103-76 a.C.) que termino con 800 líderes fariseos crucificados. Este grupo religioso
afirmaba vivir de acuerdo a la ley de Moisés, creían en los profetas, la resurrección y los ángeles. El segundo grupo religioso
era el de los saduceos un partido sacerdotal y aristocrático del judaísmo cuyas doctrinas y practicas eran opuestas a la de los
fariseos. Este grupo aparece por primera vez en el relato de Antigüedades del historiador judío Josefo donde se describe la
alianza que hicieron con el rey macabeo judío Hircano I (135-105 d.C.). En cuanto al significado de su nombre, algunos
piensan que deriva del sacerdote Sadoc, contemporáneo a David y Salomón (2 Samuel 15:27; 19:11; 1 Reyes 1:8) y de quien
descendieron todos los sumos sacerdotes que le precedieron; otros por el contrario opinan que el nombre deriva de la palabra
griega sindikoi, que se traduce como autoridad fiscal, utilizada por los atenienses en el siglo IV a.C. y fue utilizada por los

israelitas para denotar a aquel grupo que controlaba el sanedrín en sus tiempos. Se caracterizó por ser un partido político-
religioso que lo único que le interesaba era estar en el poder, fue un grupo minoritario con gran influencia en el sanedrín y

compuesto en su mayoría por aristócratas. Contrario a los fariseos, no aceptaban ningún escrito fuera de los cinco libros de
Moisés, no creían en la resurrección ya que pensaban que al morir el alma ya no perseveraba consiente. Finalmente, el tercer
grupo religioso en Israel era el de los esenios, el cual floreció entre el año 150 a.C. y el 70 d.C. y se caracterizaba por ser muy
conservadores de las Escrituras, especialmente aquellas que hablaban del Mesías. Se consideraban un grupo escatológico y
C

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Historia Eclesiástica: Un Vistazo a Nuestros Orígenes
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anhelaban tanto el establecimiento del reino mesiánico y el nuevo pacto que vivían a parte en comunidades de 200 apartados
de la contaminación del mundo. Estos tres grupos religiosos eran los que más influían en el tiempo que la iglesia comenzó a
levantarse.

LA IGLESIA EN JERUSALÉN

“Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban
en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”.

Hechos 2:41-42
ue en Jerusalén donde la iglesia inicio, aquella pequeña comunidad de apenas 200 discípulos rápidamente
creció a 3,000. Fue en la fiesta de Pentecostés que el Espíritu Santo vino sobre los discípulos y como
evidencia todos comenzaron a hablar en otras leguas a tal punto que los que visitaban Jerusalén los
escucharon glorificando a Dios en sus idiomas oriundos: “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en
otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas
las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar
en su propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo,
pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que
habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones
de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar
en nuestras lenguas las maravillas de Dios. Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir
esto? Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto”, (Hechos 2:4-13). Fue este acontecimiento sobrenatural que
llamo la atención de todos los judíos que visitaban la fiesta y Pedro, tomando ventaja de la situación, anuncio por primera vez
el mensaje del evangelio. Su homilía estuvo sustentada en dos secciones, la primera, el derramamiento del Espíritu Santo
profetizado en el libro de Joel lo cual se estaba cumpliendo en ese momento. Segundo, la muerte y resurrección de Jesucristo
el Mesías judío anunciado en las Sagradas Escrituras, y a quien los judíos habían crucificado. Como respuesta al mensaje,
muchos creyeron: “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos,
¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”, (Hechos 2:37-38). Aquel día fue increíble en las páginas de la historia de la
iglesia ya que los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
A partir de aquí los primeros cristianos judíos comienzan a vivir
en comunidad y el libro de los hechos nos enseña esto: Y perseveraban en la
doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento
del pan y en las oraciones. Pronto comenzó a propagarse el mensaje del
evangelio en Jerusalén respaldado con señales y prodigios lo cual produjo
gran temor en las personas. La solidaridad entre los primeros creyentes fue
grande a tal punto que no permitían que hubiese alguien con necesidad
perseverando unánimes tanto en el Templo judío, como en las casas: “Y
sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas
por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en
común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo
repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando
unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían
juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor
con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían
de ser salvos”, (Hechos 2:43-47).

La iglesia Apostólica
Inicio su obra evangelizadora
En Jerusalén

F

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LAS PRIMERAS PERSECUCIONES

“Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Mas Pedro y Juan
respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar
de decir lo que hemos visto y oído”.

Hechos 4:18-20
o paso mucho tiempo sin que Satanás comenzara a oponerse al sorprendente crecimiento de la iglesia
cristiana. A través de los líderes judíos, Satanás trato de frenar el crecimiento de la iglesia, comenzando con
amenazas y luego con azotes y cárceles, la fe cristiana experimento sus primeras persecuciones; no obstante,
esto no la detuvo, sino la predicación y las señales continuaron realizándose ganando gran cantidad de almas: “Y crecía la
palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los
sacerdotes obedecían a la fe”, (Hechos 6:7). Pronto el crecimiento extraordinario de la iglesia lo llevo a constituir nuevos
ministerios orientados al servicio de la iglesia, como el diaconado (Hechos 6:1-6) de tal manera que en lugar de decrecer,
cada día habían más creyentes. Sin embargo, la iglesia experimentaría el martirio a manos de los judíos ortodoxos que veían
en el cristianismo una herejía y amenaza a sus creencias y tradiciones. Así muere el primer mártir de la iglesia conocido
como Esteban. Aunque breve su historia, el libro de los Hechos lo presenta como un varón lleno del Espíritu Santo, de buen
testimonio y de sabiduría, el cual junto a otros seis fue elegido para servir a las viudas de los griegos (Hechos 6:1-6). Su
testimonio de Jesucristo era igualmente respaldado con toda clase de señales y prodigios, a tal punto que pronto se ganó la
enemista de una secta conocida como los libertos: “Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales
entre el pueblo. Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de
Cilicia y de Asia, disputando con Esteban. Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba. Entonces
sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. Y
soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio. Y pusieron
testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; pues le
hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés. Entonces
todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel”, (Hechos
6:8-15). Sin embargo, Esteban se defendió con gran convicción y poder (Hechos 7:1-53) a tal punto que sus oponentes no
pudieron resistir su sabiduría y terminaron apedreándolo: “Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los
dientes contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que
estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.
Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. Y echándole fuera de la ciudad, le
apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Esteban, mientras
él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta
este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió”, (Hechos 7:54-60).
Este evento trágico de alguna manera fue usado por Dios para impulsar a los cristianos judíos a salir de Jerusalén, e
ir a otras partes del mundo a predicar el mensaje del evangelio, comenzando así las primeras misiones: “Y Saulo consentía en
su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por
las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles… Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el
evangelio”, (Hechos 8:1, 4). Así el evangelio llego a Samaria a través de Felipe el evangelista (Hechos 8:5-25), y no
tardarían los gentiles a formar parte de la iglesia del Señor al ser el apóstol Pedro el responsable de presentarle a Cornelio, un
noble centurión, el mensaje del evangelio. Al final, tanto él, como su familia y amigos creyeron en Jesús, (Hechos 10). De
esta forma, la iglesia comenzaba a multiplicarse alrededor del mundo.

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