Técnica
Agarra una cuerda. Imagina que tienes una cuerda colgando frente a ti e intenta subirla.
Deslízate hacia abajo y trepa de nuevo para un mejor efecto. Al llegar a la parte superior, limpia el sudor de tu frente. Subir una cuerda es una ilusión muy difícil si se hace correctamente. Imagina y siente el peso completo de tu cuerpo. Si realmente estás subiendo una cuerda, tus músculos se estirarán y se tensionarán. Tu rostro hará una mueca de esfuerzo doloroso. Secar el sudor de tu frente será una reacción natural. Si nunca has subido a una cuerda de verdad, hazlo con supervisión en un gimnasio acolchado. Haz notas mentales de tus acciones y reacciones aunque muchas ilusiones pueden no ser realizadas con los movimientos exactos que se utilizan en realidad, la
actitud mental (mejor conocida como imaginación) debe ser igual a la realidad. (Ver la primera nota más abajo después de «advertencias» y asegúrate de calentar antes de intentar esta ilusión.)
Imagina que estás en una caja. Si estás en una caja invisible, puedes presionar el aire frente a ti hacia afuera con tus manos, primero tu 12
palma y luego tus dedos. Actúa como si estuvieras tratando de
encontrar una salida de esta caja invisible al identificar sus lados y esquinas. Corre una mano a través de los «bordes» de tu caja imaginaria, mientras tratas de encontrar la tapa y la salida. Si quieres, puedes encontrar eventualmente la tapa y abrirla dramáticamente con dos brazos, en un gesto triunfante.
Subir una escalera. Para mostrar que subes una escalera, toma un peldaño de la escalera imaginaria que sube en el aire. Coloca la planta de un pie en el suelo, como si fueras a ponerlo en el peldaño. Tira hacia abajo de los escalones (¡mantén las manos moviéndose juntas!) a medida que te levantas con tus dedos, y luego vuelve a bajar con el pie opuesto ahora en «un peldaño.» Alterna los pies y las manos cada vez que «subes.» Mantén tu enfoque hacia arriba, como si estuvieras viendo el lugar al cual estás subiendo. (Si es una escalera alta, mira ocasionalmente hacia abajo para un efecto cómico – inclina tu cabeza lenta y cuidadosamente, sólo lo suficiente para ver hacia abajo, y luego mira hacia adelante con rapidez, ¡con una expresión de alarma!) Haz que tus piernas hagan los mismos movimientos como si tus pies estuvieran subiendo una escalera de verdad.
Haz «la inclinación». Imagina que estás apoyándote contra un poste de luz, pared o un mostrador. Puede sonar fácil pero requiere mucha fuerza y coordinación para «apoyarte» en nada. El apoyo básico tiene dos partes. Empieza con los pies separados a la distancia de los hombros.
Para la parte superior: Mantén el brazo separado ligeramente de tu cuerpo, con el codo doblado de manera de que tu antebrazo esté paralelo al suelo y tu mano (la muñeca ligeramente relajada) cerca de tu torso. Ahora levanta tu hombro mientras mueves tu pecho hacia tu codo (¡manteniendo el codo en el mismo punto en el espacio!).
La parte inferior: al mismo tiempo, dobla tu rodilla ligeramente, llevando tu peso hacia la pierna doblada. El efecto neto debe ser que tu codo permanezca donde está, pero parece como si tu peso se ha establecido en el lugar imaginario donde descansa tu codo. Asegúrate de doblar solamente la pierna debajo de tu brazo levantado.
Mírate en un espejo, o utiliza una cámara de video para ver qué tan efectiva es la técnica. A veces es más efectivo hacer esta técnica casualmente, con muy poca exageración. 13
Para un espectáculo más activo de inclinación, el acto puede incorporar también tropiezos, resbalo y perder el objeto en el que te estás recargando, todo junto.
Enfrentar al viento. Imagina que hay mucho viento y que estás teniendo problemas para mantenerte de pie. Deja que el viento te golpee de un lado al otro. Para una atracción adicional, incluye una lucha con el paraguas que sigue girándose al revés.
Mimo comiendo. Puede ser muy divertido ver a un mimo comer. Imagina que estás consumiendo una hamburguesa o un “hot dog” muy descuidado, con todos los ingredientes derramándose sobre tu ropa. Accidentalmente lanza un chorro de cátsup a tu ojo. O intenta pelar un plátano y luego deslizarlo sobre la cáscara.
Camina en tu lugar. Uno de los íconos de la mímica es la caminata estacionaria. También es una de las hazañas más demandantes físicamente. Esta caminata invierte el patrón de la caminata real. El pie que «se arrastra» en la caminata del mimo no soporta ningún peso, pero «representa» el pie que soporta el peso en una caminata normal. Es por esto que la pierna debe permanecer derecha en la ilusión – que «parece» que está cargando el peso. Aquí está cómo hacerlo.
Es muy importante empezar con una buena postura. Debes mantener tu abdomen muy firme ya que será propenso a moverse cuando no estés poniendo atención. Mantén tus hombros arriba y hacia atrás – no te encorves, tu pecho y cuello deben de estar derechos también – no hinchados.
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Para empezar, coloca tu peso completo en la planta de uno de tus pies.
Este es tu pie de «avance». Dobla la rodilla sobre el pie un poco hacia adelante mientras haces esto. Con tu otro pie (el pie de «arrastre») coloca los dedos paralelos a los dedos del pie que avanza. Sin embargo, mantén el pie trasero sin que toque el suelo mientras mantienes la planta del pie de arrastre paralelo al piso. Mantén esta pierna perfectamente estirada.
Con tu pie posterior, baja ligeramente el talón al suelo y estira la pierna. Mientras haces esto, mueve tu pie de arrastre hacia atrás mientras mantienes la planta del pie paralela al suelo y la pierna estirada – debes sentir un estirón intenso a lo largo de la parte de atrás de tu pierna.