MANUAL BÁSICO PARA LA EDUCACIÓN DEL CACHORRO
Acerca de las clases

*CAPÍTULO 5: EL SITIO DEL PERRO EN CASA

Los dos problemas más habituales a los que se enfrentan los propietarios de cachorros son las actividades destructivas del perro en la casa o en el jardín y los excrementos y la orina en lugares inadecuados.

Para el cachorro, romper objetos es parte de una actividad normal, pues explora todo lo que está a su alcance, lo mordisquea y, en numerosas ocasiones, lo destruye. Hacer sus necesidades en cualquier sitio y con mayor frecuencia que un perro adulto también es normal.

Teniendo esto en cuenta, evitar que destrocen tus objetos más preciados sólo es posible si no tienen acceso a ellos.

Estos dos comportamientos inadecuados se pueden evitar siguiendo los consejos ofrecidos en los capítulos cinco y siete.

Limitar  el  espacio  del  cachorro  varias  horas  al  día  no  tiene  ninguna  repercusión negativa, ya que:

  1. El cachorro, como los bebés, pasa la mayor parte del tiempo durmiendo.
  2. Si desde pequeño se acostumbra a su habitación-guarida la aceptará de buen grado y le resultará reconfortante y tranquilizadora en ausencia de su dueño.
  3. Si estás presentes cuando el cachorro anda suelto por la casa puedes dirigir sus juegos e indicarle lo que puede o no morder.
  4. Si el cachorro permanece solo y suelto por toda la casa o el jardín, se encontrará perdido, sin ninguna referencia de su dueño y acabará en cualquier parte rompiendo algún objeto para pasar el rato.
  5. Es mucho más cruel castigarlo (de forma inútil) cuando llegas a casa por un destrozo del que no tiene ninguna culpa.

Como conclusión, tener un cachorro implica atenderlo varias veces al día, darle de comer, jugar con él, limpiarlo…Es erróneo pensar que los problemas se resuelven dejando al cachorro suelto y con comida, sin ocuparte más de él. De ese modo obtendrás un cachorro mal educado y con un vínculo nulo o muy débil contigo.

Llegados a este punto comprenderás que dejar suelto a tu cachorro sin supervisión durante largos períodos de tiempo es un error.

En tu ausencia, el cachorro debe estar en su habitación-guarida, que deberá cumplir ciertas condiciones:

  1. Debe estar aislada. Es aconsejable que tenga luz natural y que sea un lugar tranquilo, sin estímulos externos visuales o auditivos que puedan inquietarlo o llamarle la atención de forma que sienta la necesidad de ir hacia ellos, con lo que se sentiría verdaderamente encerrado.
  2. Tiene que ser pequeña para que el cachorro no se sienta perdido, aunque sus dimensiones deben ser las suficientes como para que se puedan distinguir dos espacios, uno para dormir, con sus juguetes y el bebedero, y otro destinado a sus deposiciones, sobre todo cuando tiene menos de cuatro o cinco meses. Aquí puedes poner periódicos impregnados en su propia orina para que lo estimulen a hacer pis en el lugar que le has marcado.

Lo ideal es que el cachorro salga de su habitación-guarida cada dos o tres horas para evitar que la ensucie, al menos hasta que cumpla tres o cuatro meses. A partir de esa edad es capaz de aguantar más tiempo sin orinar. Debido a nuestros hábitos de vida es difícil que podamos cumplir esta premisa, por lo que tendrá que bastar con que lo saques tres o cuatro veces al día y aproveches para jugar con él, darle de comer…

En la habitación-guarida puedes dejar juguetes, como mordedores, para que el cachorro se entretenga. Son muy interesantes y recomendables los juguetes con compartimentos interiores donde se puede introducir comida de forma que el perro tiene que manipularlo para obtenerla. En estos juguetes puedes incluir parte de su ración diaria, con lo que alimentarás tanto su cuerpo como su mente.

Cuando son adultos podremos ser menos estrictos en estas normas ya que  normalmente dejan de romper cosas, son capaces de aguantar más tiempo sin ensuciar y ya han aprendido  donde deben hacerlo de forma correcta. De todos modos recomendamos que sigan teniendo su lugar en casa  por lo menos para dormir y si viven fuera de casa sería aconsejable que estuviesen en su habitación guarida unas horas al día para poder así descansar de sus funciones de guardián.

Debemos  seguir sacándolos  3 veces al día si vive dentro de casa y sería aconsejable sacarlo  de la finca o  del jardín al menos una vez  al día si vive fuera.

CAPÍTULO 6: EL CACHORRO FUERA DE CASA

Uno de los errores más frecuentes es no sacar al cachorro fuera de casa de forma regular al menos tres veces al día desde un principio. Esto es importante porque:

–     Si no le das la oportunidad de hacer sus necesidades fuera de casa corres el peligro de que nunca aprenda a hacerlo o de que retrase su aprendizaje. Los perros son limpios por naturaleza y cuando toman conciencia de lo que es su casa (alrededor de los cuatro o cinco meses) empiezan a hacer sus necesidades fuera.

–     Es importante que desde pequeño se acostumbre a todas las sensaciones y los estímulos que serán habituales durante toda su vida, como distintas personas, otros perros, coches…El período más importante para que se habitúe  a  todo  esto  comprende  desde  el  nacimiento  hasta  los  cuatro meses. Después le costará más adaptarse a nuevas situaciones.

Los perros de talla pequeña son propensos a tener problemas para aprender a hacer la caca y el pis fuera por 2 razones:

1º al ser pequeños se retrasa mucho (a veces hasta que son mayores) las salidas regulares a la calle

2º son muy sensibles y no les gusta hacer caca y pis en lugares extraños, fríos… o sometidos a estrés

Por todo ello es importante sacarlos de forma regular

Otro error frecuente es dejar al cachorro suelto y lejos de ti por la calle. Tienes que crear un vínculo estrecho y de dependencia con tu cachorro. Esto será muy útil para que después te obedezca al llamarlo, te respete o camine a tu lado.

Por tanto, es peligroso que aprenda a jugar lejos de ti.

Para tenerlo cerca es útil utilizar la correa. También ayuda llevar trocitos de su comida favorita para premiarlo cuando lo llamas y obedece. De esta manera se condiciona y acude siempre que lo llames aunque no le des premio. Ayuda reservar un juguete para el momento de salir a la calle.

 

Para jugar con el cachorro comenzaremos utilizando objetos que nos permitan tenerlo cerca de nosotros, como mordedores tipo nudo o juguetes con cuerda que nosotros podemos agarrar.

Moveremos con rapidez el juguete por el suelo como si se tratase de una presa. El cachorro intentará morderla y arrebatárnosla. Debemos resistirnos y dejar que nos la quite alguna vez. Si accidentalmente nos muerde, pararemos el juego y nos quejaremos de nuestras lesiones (como si fuésemos un cachorro). Después, podemos reanudar el juego. Así aprenderá lo que puede morder y lo que no.

CAPÍTULO 7: ES HORA DE COMER

En la primera etapa de su vida, el cachorro come varias veces al día. Los recién nacidos maman aproximadamente cada dos horas. A partir del destete, alrededor de las seis semanas, suelen comer hasta cuatro o cinco veces por día. Hasta los seis meses, el número de tomas va disminuyendo gradualmente. A partir de esa edad, comen dos veces al día.

La comida, como necesidad primaria, es prioritaria en la vida de nuestro cachorro.

Desde el punto de vista educativo, puedes utilizar esta necesidad para transmitirle al perro algunas enseñanzas importantes para la convivencia en el entorno familiar.

Tienes que enseñarle al cachorro que eres su fuente de comida y, además, al suministrársela, le demuestras que eres su superior dentro de la escala jerárquica. Eres su jefe y, como tal, te debe respeto.

Para poder utilizar la hora de la comida como un elemento más en la educación del cachorro no hay que dejarle, en ningún caso, la comida durante todo el día.

Que el perro tenga el alimento a su libre disposición puede acarrear, en ciertos casos, problemas de inapetencia o aburrimiento de la comida. Lo natural es acumular apetito para, después, saciarlo y no comer pequeñas cantidades a lo largo del día.

Para el perro, la hora de la comida debe ser un momento agradable y un aliciente más en su vida. Por tanto, todo esto se pierde si se le permite el acceso continuado a la comida

 

¿Cómo alimentar a nuestro cachorro de forma educativa?

1-  Nunca hay que dejarle comida a su libre disposición, al contrario que el agua, a la que tiene que tener acceso sin ninguna restricción.

2-  Tiene que comer después de ti, pues eres el jefe, aunque esta medida sólo tiene sentido si puede verte comer, para lo que debe estar en el mismo espacio que tú.

3-  Debería verte preparar su comida. Al terminar de hacerlo, llámalo y dásela, dejándole el plato de diez a quince minutos.

4- Lo aconsejable es que todos los miembros de la familia compartan la responsabilidad de darle la comida al cachorro, ya que así se evita que considere sólo a algunos como sus jefes.

5-  Algunos perros gruñen cuando alguien se les acerca mientras están comiendo.

Es  normal,  ya  que  están  defendiendo  su  comida,  pero  pueden  provocar accidentes si llegan a morder. La solución es darle parte del alimento en la mano para que se acostumbre a tu presencia mientras come.

Otros manejos educativos de la comida:

Como premio: pequeños trozos de su comida favorita (premios para cachorros) pueden ser muy útiles para reforzar los comportamientos que nos interesan. De hecho debe ser una de las principales herramientas para premiar a nuestros cachorros.

Recuerda que se deben utilizar pequeñas cantidades durante o justo después de la acción que queremos premiar (venir hacia nosotros, sentarse…)

 

2º Podremos darle parte de su ración diaria de alimento dentro de los juguetes para cachorros que poseen huecos para este fin. Así les proporcionaremos momentos agradables consiguiendo su alimento y ejercitando su mente.

CAPITULO 8: LE ENSEÑO A SER LIMPIO

Los perros son limpios por naturaleza. Por lo tanto, si los dejamos en un espacio reducido  aguantarán  todo  lo  posible  antes  de  ensuciar  lo  que  en  esos  momentos considera su guarida.

Gracias a esto es relativamente sencillo conseguir que respeten la casa donde viven y hagan sus necesidades fuera.

 

Sólo debes seguir estas normas básicas:

1º   Mantenerlo en su habitación-guarida siempre que no puedas controlarlo.

2º  Sacarlo con regularidad, al menos tres veces al día, al lugar destinado a hacer sus necesidades.

Sin embargo, hay particularidades que diferencian al cachorro del perro adulto:

–     Los cachorros de siete u ocho semanas necesitan evacuar su vejiga cada dos horas y necesitan defecar varias veces al día. Por lo tanto, lo ideal sería llevar al cachorro al lugar destinado a sus necesidades cada par de horas, aunque lo normal es que nos sea imposible atenderlo con tanta frecuencia. La solución es destinar una parte de su habitación-guarida, aproximadamente hasta los cinco meses, para que el cachorro pueda hacer allí sus necesidades. En esa zona puedes poner unos periódicos impregnados en su orina para indicarle que ése es el lugar apropiado. Así establece una clara diferencia entre la zona sucia y la limpia, que no le gustará manchar.

–     Al principio, los cachorros no saben hasta dónde llegan los límites de su casa. Paulatinamente van reconociendo su entorno e intentarán hacer sus necesidades fuera del hogar. Incluso perros que viven en jardines y grandes fincas harán sus necesidades fuera si se les da la oportunidad.

No puedes esperar que el cachorro sea infalible desde el principio. Cometerá muchos errores pero, a medida que pasen las semanas, acabará por aprender.

A los cinco o seis meses el perro ya debería hacer sus necesidades en el lugar adecuado si has seguido las dos normas básicas que te dimos al principio.

Los perros de tamaño pequeño parecen ser más problemáticos a la hora de aprender a ser limpios. Tienes que seguir estrictamente las normas recomendadas para lograr establecer un buen hábito.

Probablemente,  los  perros  pequeños  son  más  sucios  porque,  por  su  tamaño  de cachorros, no suelen salir tanto a la calle, con lo que les resultará difícil distinguir entre dentro y fuera de la casa en el momento de hacer sus necesidades. Aprenden a hacerlo dentro de casa.. Prefieren la tranquilidad de la casa para hacer sus necesidades, algo que también les ocurre a todos los cachorros en las primeras semanas de vida.

Si surgen los problemas, la solución está en reducir el espacio de la habitación-guarida (los perros son limpios por naturaleza) y, por supuesto, sacarlo con regularidad a un sitio tranquilo.

Los machos al llegar a la edad adulta tienden a marcar su territorio levantando la pata y emitiendo pequeñas cantidades de orina. Este comportamiento no tiene relación alguna con las ganas de orinar. Pueden llegar a marcar incluso dentro de casa, sobre todo si hay otros animales cerca, hembras o defienden la finca.

*CAPÍTULO 9: LO ASEO PARA QUE ME RESPETE.

EL COCHE

Desde el punto de vista educativo, es importante que el perro esté habituado al baño y al cepillado de pelo y dientes.

Puedes hacer de estas acciones necesarias para su higiene un ejercicio educativo que cumple varios objetivos:

1º Conseguir que el perro te permita tocarlo y manejarlo sin resistencia. No puedes consentir que sea él quien decida cuándo te deja acariciarlo o en qué partes de su cuerpo. Un animal así será poco fiable y, por tanto, potencialmente peligroso.

2º Si el perro es dominante opondrá aún mayor resistencia al baño y al cepillado e incluso intentará morder o gruñirá. Si le tienes miedo, ponle un bozal antes de comenzar cualquier operación de limpieza. Esto te dará seguridad y él lo notará.

Al  obligar  al  perro  al  baño  y  al  cepillado  le  estás  transmitiendo  el mensaje de que tú eres su jefe y por eso debe dejarte manejarlo y respetarte. De esta forma, aprende quién manda, enseñanza necesaria, sobre todo en perros dominantes. Nunca debes permitir que él gane la partida.

Los cachorros cambian los dientes de leche a definitivos entre los 4 y los

7 meses. El cepillado de los dientes con una pasta adecuada reducirá la formación de sarro y mantendrá la dentadura de nuestra mascota en buenas condiciones. Debemos comenzar  esta  práctica  lo  antes  posible,  aunque  vayan  a  cambiar  rápidamente  los dientes de leche, ya que  de lo contrario será muy difícil que nos dejen hacerlo cuando son mayores

Los perros dominantes son individuos con tendencia a ser los jefes de la manada. Para conseguirlo no dudan en gruñir o morder para demostrar a los demás que ellos son los que mandan. Un perro de este carácter puede respetar a algunos miembros de la familia y no a otros. Decide cuándo y quién le puede tocar y no acepta que lo cambien de sitio o lo manejen contra su voluntad.

El carácter dominante del cachorro se puede intuir desde las primeras semanas pero, al convertirse en adulto, entre los diez y los veinte meses, según las razas, esta tendencia se  hará  más  patente.  Debes  estar  atento  a  cualquier  manifestación  de  agresividad durante este período.

Hay que establecer el hábito del baño, del cepillado y de la higiene bucal de forma precoz. El veterinario y el peluquero canino te recomendará con qué frecuencia y qué productos y utensilios debes utilizar. Los perros de pelo corto necesitan menos cuidados pero no puedes olvidar el carácter educativo de estas prácticas. Por lo tanto, hay que cepillar al perro con frecuencia, aunque no sea estrictamente necesario.

EL COCHE

Va a ser muy útil que nuestro perro acepte los viajes en coche y que incluso le resulten agradables. Algunos cachorros se marean (vomitan, babean)  y en el peor de los casos llegan a orinar y defecar. Por ello os daremos una serie de consejos prácticos para intentar habituarlo a los viajes en coche.

1º Comienza  desde aproximadamente las 3 semanas de edad (debe comenzar, por tanto, el criador con toda la camada)

2º Procura que esté  con el estómago vacío

3º  Juega con él   y después  ponlo en el interior del coche con el motor en marcha y sigue jugando durante unos minutos

4º si ves que está cómodo haz un pequeño trayecto  con conducción suave. Repítelo varias veces a la semana ( al menos 3  o 4 ) Si muestra signos de mareo vuelve al punto anterior durante unos días.

5º vete aumentando las distancias gradualmente

6º Si a pesar de lo anterior ves que tiene problemas consulta a tu veterinario. Él te podrá ayudar con  fármacos y otros consejos.

*CAPÍTULO 10 : LA PERRA TIENE PERRITOS

Para que el comportamiento de los cachorros en el futuro sea el adecuado debes proporcionarles una serie de cuidados que comienzan cuando están en el útero de su madre:

–     Está demostrado que el estado de ánimo de la madre influye en los cachorros que está gestando. Una madre sometida a estrés parirá crías más nerviosas y huidizas. Por tanto, la futura mamá debe estar en un ambiente   tranquilo   durante   la   gestación,   con   todos   los   cuidados sanitarios   que   su   salud   requiera   (comida   de   calidad,   vacunas, desparasitaciones… ). También hay que proporcionarle un lugar resguardado y con espacio suficiente para que sirva de paridera.

–     Una vez producido el alumbramiento, hay que asegurarse de que los estímulos que reciben los cachorros se vayan ampliando. Así aceptarán

de buen grado y de forma natural a las personas, los viajes en coche, otros animales…

La época más propicia para acostumbrar a los cachorros a todas las situaciones nuevas o a animales y personas desconocidas es la comprendida entre el nacimiento y los cuatro meses. No puedes desaprovechar este período porque más tarde será complicado adaptar al cachorro a todas estas novedades.

Para hacerlo empieza  por tocar a los cachorros todos los días mientras les hablas. Así se acostumbran a tu voz, tu olor…Los  diez primeros días no los muevas  de su sitio  ya que es importante que mantengan su ritmo de sueño y así su madre   no se pondrá nerviosa. Después preséntales a los demás miembros de la familia, tanto humanos como animales y permítele que los vea , los toque y los huela.

También puedes ir aprovechando salidas necesarias para que conozcan el coche, el veterinario…

A  partir  de  las  tres  semanas  comienzan  a  tomar  algunos  alimentos  por  su  cuenta. Aprovecha para llamarlos efusivamente antes de ponerles la comida.

Otro  factor  que  influye  decisivamente  en  la  maduración  y  en  la  adquisición  de habilidades y conductas sociales es el contacto con la madre y con los hermanos.

La convivencia en las primeras semanas con la mamá y el resto de la camada constituye una auténtica escuela de educación imposible de sustituir.

Por tanto, los cachorros nunca deben separarse de su madre y hermanos antes de las siete semanas. Esta afirmación está  justificada con más información en el capítulo 3b.

Respeta escrupulosamente el calendario de desparasitaciones y vacunas recomendadas por el veterinario. Debes saber que:

–     La primera desparasitación debe hacerse entre los veinte o veinticinco días de vida. Después debe repetirse la toma cada quince días.

–     La  primera  vacuna  se  administra  a  las  seis  semanas  porque  es  el momento en el que disminuyen las defensas transmitidas con la primera leche  (calostro)  de  la  madre.  Si  no  se  vacuna,  el  cachorro  estará indefenso ante las enfermedades.

La decisión de que vuestra perra tenga perritos no debe ser tomada a la ligera.

Lo dicho anteriormente se refiere básicamente a los cuidados desde un punto de vista educativo. Debéis por tanto informaros de las demás necesidades y cuidados que deben recibir tanto la madre como  sus hijos.

También  será muy importante pensar en si podemos asegurar un destino adecuado a los cachorros.

Si no estamos seguros de nuestra disponibilidad para cuidar a una mamá y a sus cachorros  debemos pensar que existen criadores que saben como hacerlo correctamente.

Es muy importante que tengáis claro que no es necesario que vuestra perra tenga perritos en ningún momento de su vida.

Debe tenerse en cuenta simplemente como una posibilidad.

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