OBJETIVOS  DEL  DRAMA

En  lo  secular  drama  es  presentado  con dos objetivos bien marcados: Objetivo físico. Objetivo psicológico.

Y son los que se emplean para que una actuación lleve más vida  y así sea  más impactante.

Pero en el ministerio nosotros tenemos un objetivo más, el cual es: Objetivo espiritual. Definamos los tres:

OBJETIVO FÍSICO: Es aquel cuando en nuestro papel, en nuestra actuación damos lo mejor de nuestras expresiones y movimientos y así dar un mensaje claro, que es comprendido y aceptado por todos.

OBJETIVO PSICOLÓGICO: Este se hace realidad cuando no solamente damos lo mejor de nuestros movimientos y expresiones, pero que también ponemos sentimiento a lo que hacemos, como por ejemplo:  decirle  a  alguien  en  la  calle  a quién nunca hemos visto.

“¡Te amo, mi corazón de melón!“.

Por muy atractiva que sea la persona, solamente  podemos  decirlo  pero  no sentirlo en verdad, este sentimiento que no ha nacido en el corazón, ni que mucho menos se ha desarrollado. Sin embargo decirle: “te amo” a una esposa, pariente, etc. es algo que ha nacido y se ha desarrollado  muy bien.  Objetivo psicológico es cuando ponemos también sentimiento de vida en la obra.

OBJETIVO ESPIRITUAL: Podemos llegar a  ser         actores profesionales de teatro pero si no ponemos en práctica el objetivo espiritual, no estamos actuando con la actitud y motivación espiritual correcta de hacer drama, por y para JESÚS.

Cuando perdemos el objetivo   espiritual  en una obra con el mensaje del evangelio estamos  perdiendo  el  tiempo  y  no  hay valor alguno en lo que hacemos porque no tiene la unción de Dios ahí.

Al actuar siempre debemos orar que el mensaje presentado no solo entretenga o impresione a la gente; sino más bien que la audiencia se identifique, sea desafiada, sea tocada por DIOS a cambiar y buscarle, glorificándole a EL y no al hombre por lo profesional que se presentó la obra.

Cada vez que actúes, ahí mismo en la actuación ora por la unción de Dios en la obra,  que EL bendiga  y USE  PARA SU GLORIA el vestuario, el maquillaje que usas, que use los movimientos y expresiones que hay en ti para llegar al corazón de la gente y no sólo a sus sentimientos. Que sea EL quien ponga en ti la expresión que EL tenia en la cruz o el dolor de un niño con hambre y frío en la calle, etc.

Estos son los resultados de lograr los tres objetivos durante la actuación:

OBJETIVO FÍSICO:

Tus mejores expresiones pueden llevar el mensaje a tocar sentimientos y nada más pasará en las vidas de las personas solo aplausos para ti.

( el YO )

OBJETIVO PSICOLÓGICO:

Empleándolo bien te hará presentar el mensaje de manera que

impresiona a la persona a cambiar de costumbres, pero, no del corazón, es decir, sólo un cambio superficial que pronto puede pasar.

EN CAMBIO CON EL OBJETIVO ESPIRITUAL,   con   un   corazón   limpio, ungido por Dios, y la actitud correcta, será Dios quien cambiará el corazón de las personas, hará cambios eternos a través de la actuación dando vida al espíritu.

Con esto no queremos decir que los dos primeros dos objetivos no son importantes; sino más bien queremos hacer énfasis en la prioridad y en lo que es más importante.

No busques tú ( el YO ) impresionar a la gente con tus mejores expresiones y movimientos  en  la  actuación;  deja  que Dios lo haga a través de un corazón limpio y su unción puesta en ti.

No esperes el agradecimiento o alabanza de la gente por una buena actuación; dale la gloria a Dios.

Entre  más  impresionante  quieras  lucir tú (el YO ), en la actuación, mas ridículo harás; porque a Satanás le agrada cuando le queremos robar la gloria a Dios.

Pero  entre  más  busques  la  unción  de Dios y te humilles delante de EL, reconociendo que lo que haces es por EL y para   EL,   para   que   su   palabra   sea predicada y SU nombre sea exaltado, más estarás logrando el objetivo espiritual.

Si no lo hiciste bien dale la gloria a Dios; pero no digas que no has hecho nada o

que puedes hacerlo mejor con orgullo en tu corazón. Cuando alguien se acerque a decirte cuán bien actuaste, limítate a decir, gracias a Dios salió bien, o cualquier otra expresión donde en tu corazón está la actitud de darle la gloria al único digno: JESÚS.