HISTORIA DEL ARTE
El arte nació en el corazón de Dios, en su infinita sabiduría no hay nadie, ni los mejores artistas, todos juntos pueden compararse al Dios Todopoderoso, haciendo la mejor obra de arte de todas las edades: SU CREACIÓN.
No ha existido, ni existirá mejor pintor como nuestro Dios, al pintar el color de un campo de flores en Suiza o Alemania, dar color de vida a un ocultarse de sol al atardecer en una de las playas de Latinoamérica.
No ha existido ni existirá mejor compositor y músico que nuestro Dios, al crear los pájaros y ponerlos en los árboles para dar un concierto de primera. Escuchar caer el agua por una cascada o al correr de las aguas de un río.
Viendo los animales correr en un campo árido y seco en la bella África expresando su fuerza y cuidado por sus pequeños, sólo me hace creer algo: Venimos de un ser supremo, Dios creador todopoderoso que nos ha dado creatividad para ser usada para Su gloria.
Desde que Dios creó al hombre puso en su sangre el amor al arte, siendo todo esto bueno y agradable.
Es tan especial ver como cada cultura expresa su don, habilidad y talento para el arte en su forma particular que Dios le ha dado. Lo cual me hace pensar mucho en aquel día cuando estemos por toda la eternidad con Jesús alabándole.
“Después de esto miré y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del cordero vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: la salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono y al cordero”. Apocalipsis 7: 9-10
En lo más especial que podamos pensar como cristianos es que un día estaremos delante del Rey de Reyes alabándole en
la manera particular de acuerdo al don que
El nos dio; desde una orquesta filarmónica, hasta unos niños africanos danzando
imprescindiblemente al ritmo de tambores.
“Y lo ha llenado del espíritu de Dios en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte; y los ha llenado de sabiduría de corazón para que hagan toda obra de arte”.
Éxodo 35: 31, 35