El ABC de la Bilia
Acerca de las clases

47.LOS DONES DEL ESPIRITU SANTO

SU NATURALEZA.

En nuestro estudio hemos examinado una hermosa vida llena del Espíritu Santo. Ahora llegamos al verdadero propósito de esa vida el servir a Dios en un mundo necesitado.

Entre las últimas palabras que habló a sus discípulos, Cristo dijo: “El que en mi cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre”. (Juan 14:12.) Poco después les dijo: “id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” (Marcos 16:15.)

Era una tarea demasiado difícil para los discípulos Y hoy, cuando la misma comisión llega a nosotros, encargándonos la evangelización de todo el mundo en nuestra generación, nos parece otra imposibilidad. Imposible, sí, tanto para los discípulos como para nosotros, sin alguna capacitación sobrenatural para semejante tarea sobrehumana.

Esa capacitación nos es ofrecida por el Santo Espíritu. Ya que nos hemos rendido a su voluntad, ofreciendo nuestra vida entera al servicio del Señor, el Espíritu desea entregarnos capacitaciones especiales para el trabajo específico que nos tiene designado. Estas dotaciones la Biblia las llama “dones” del Espíritu Santo.

 

  1. Una definición.

 

San Pablo es el autor bíblico que más nos escribe acerca de estos dones. El comienza diciéndonos: ‘No quiero, hermanos que ignoréis acerca de los dones espirituales.”

(1 Corintios 12:1.)

Hay tres ideas erróneas acerca de los dones del Espíritu Santo:

  1. Algunos creen que se trata de un simple desarrollo especial de capacidades naturales. Creen que el esfuerzo humano, bendecido por Dios, puede producir esta capacitación especial. De ahí es que mediante una buena educación, el doctor en filosofía tendría “la palabra de sabiduría” o el médico poseería los ‘dones de sanidades’.
  2. Otros piensan que los dones del Espíritu Santo son de un carácter tan espectacular y místico que quedarían muy por encima del alcance de la mayoría de los creyentes. Representan una “rareza” espiritual, y pocos podrían recibirlos.
  3. Otra idea errónea mira a estos dones como “adornos extras” para el embellecimiento de la Iglesia, para ser admirados en su uso eventual.

Ninguna de estas ideas ha nacido de la Palabra de Dios. Los dones del Espíritu Santo son simplemente “herramientas” de trabajo que el Espíritu Santo quiere repartir a todos los que se sienten llamados a la obra del Señor. “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” (1 Corintios 12:11.)

Cierto es que todos los dones del Espíritu son de naturaleza sobrenatural. Son operaciones del divino Espíritu de Dios; Esto no significa, sin embargo, que todos son señales o maravillas en su operación, pero si, quiere decir que mediante estas operaciones espirituales, que es el sentido exacto de la palabra “dones” en (1 Corintios 12:1), cada creyente lleno del Espíritu Santo podrá efectuar una labor más eficaz en el lugar donde le corresponde actuar.

 

  1. La base bíblica.

 

Pasemos ahora a una lectura detenida de cuatro porciones, muy importantes donde la Biblia nos habla de este tema. (El alumno no debe seguir el estudio del presente tema antes de leer la parte bíblica).

  1. 1 Corintios 12:1-31
  2. Romanos 12:3-8
  3. Efesios 4:7-16
  4. 1 Pedro 4:10-11

En todas estas escrituras, se vuelven a repetir cuatro palabras claves, que son: “gracia” (favor inmerecido), “don” (regalo), “cuerpo” (la Iglesia) y “miembro” (el creyente). Si volvemos a leer, ahora, las mismas escrituras, marcando con lápiz las veces que aparece cada una de estas palabras, podremos notar el enfoque debido de la verdad divina. En la porción de (1 Corintios 12), sólo en los versículos 11 al 31, se menciona “cuerpo” 18 veces y “miembro” 13 veces; mientras en todo ese capítulo se menciona “don” 6 veces.

Parece evidente, entonces, que el énfasis de este gran capítulo sobre los dones del Espíritu Santo es sobre la palabra “cuerpo” o sea, sobre la Iglesia del Señor, y sobre los “miembros” de esa Iglesia.

Cada creyente forma parte de ese “cuerpo” y es colocado como “miembro” particular en el lugar donde Dios quiere usarlo (versículos 12-14 y 27-30). Uno puede ser mano, el otro pie, u ojo, dedo, rodilla, etc. Lo importante es darnos cuenta de que TODOS formamos parte de ese glorioso CUERPO, y para funcionar eficazmente, necesitamos esa dotación espiritual, esa manifestación del Espíritu Santo en forma personal, el “don”, u operación espiritual, que nos corresponde.

Es evidente también de esta base bíblica, que nuestro Señor, la Cabeza de la Iglesia (“cuerpo”) desea un desarrollo poderoso para esa Iglesia en este mundo. Este desarrollo tiene que ser a base de poder sobrenatural, y, puesto que los hombres no poseemos por naturaleza ese poder, el mismo Señor tiene que dárnoslo “de lo alto”

En resumen, entonces, podemos decir que el Espíritu Santo quiere repartir sus “dones” a cada “miembro” del “cuerpo” no por el mérito propio del miembro ni como premio por su buen trabajo o comportamiento sino por “gracia”.Para que sirvamos mejor a Dios, a su Iglesia y a nuestros semejantes.

 

 

 

 

  1. Los dones espirituales detallados.

 

En (1 Corintios 12:8-10), tenemos una lista de nueve dones del Espíritu Santo. Un examen de la lista nos revela que estas manifestaciones operan en distintas esferas. Unas comparten con el hombre parte de la sabiduría de Dios, otras demuestran el poder de Dios en forma abierta, y otras tratan de manifestaciones habladas.

Posiblemente la siguiente clasificación nos podría ayudar en un entendimiento más claro:

 

  1. Dones de SABER en forma sobrenatural

   1) Palabra de sabiduría

   2) Palabra de ciencia (conocimiento)

   3) Discernimiento de espíritus

  1. Dones para TRABAJAR en forma sobrenatural

   1) Fe

   2) Dones de sanidades

   3) Operación de milagros

  1. Dones de HABLAR en forma sobrenatural

   1) Géneros de lenguas

   2) Interpretación de lenguas

   3) Profecías

Todos estos dones responden a NECESIDADES dentro de la Iglesia de Cristo o dentro de las esfera de sus actividades. Puesto que son herramientas espirituales para efectuar un trabajo mejor, y no adornos para ser admirados, debemos examinar primero ese Cuerpo del Señor (la Iglesia) para ver, las necesidades que existen para una poderosa intervención espiritual, y así entenderemos mejor el porqué de los dones y el uso de ellos.

A esta altura de nuestro estudio sobre los dones, llegamos a la sencilla conclusión de que los dones del Espíritu no son regalos “extras” que uno pide y una vez recibidos se tiene que buscar el lugar donde usarlos, sino, que son dotaciones de poder sobrenatural para el normal funcionamiento de cada miembro y para la edificación y engrandecimiento del glorioso cuerpo de Cristo en esta tierra. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho” (1 Corintios 12:7).

Sobre esta orientación bíblica podemos seguir ahora el estudio de la función de los dones dentro de la Iglesia.

Bookmark