El ABC de la Bilia
Acerca de las clases

8.LA SEGURIDAD DE LA SALVACION II

¿Puede perecer una persona salva? Si una persona verdaderamente ha nacido de nuevo, no puede perecer jamás. El creyente está salvo y seguro para siempre. Como evidencia de esta gloriosa verdad se enumeran a continuación siete pasajes de las Escrituras, aunque se podría haber citado más. (El estudiante debe estudiar cuidadosamente cada porción.)

1. San Juan 10:27-29. Observa estas palabras de Cristo: “Y yo les doy vida eterna: y no perecerán jamás”. Plántate firmemente sobre esto. Esta es la promesa incondicional de Cristo. ¡Ninguna de sus ovejas perecerá jamás! Observa, también, que tanto Cristo como el Padre te mantienen seguro.

2. San Juan 5:24. Aquí está hablando el Señor Jesucristo otra vez. Promete que la persona que oye su Palabra y cree al que le envió, tiene vida eterna y no vendrá a condenación ni juicio. Si algún creyente se perdiera alguna vez, entonces el Hijo de Dios habría faltado a su promesa.

3. San Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene la vida eterna”. Observa que no dice “ten-drá vida eterna”, sino que la tiene en el tiempo presente. Ahora bien, ¿qué período abar-ca la palabra “eterna”? Claramente quiere decir que es para siempre.

4. Romanos 8:38,39. El apóstol San Pablo anuncia que ni la muerte, ni la vida, ni ánge-les, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo podrá separar al cristiano del amor de Dios. Y para que un hijo de Dios no se aflija por el peligro de poder separarse por si mismo del amor de Dios, Pablo añade “ni ninguna otra cosa creada”(como nosotros mismos). El creyente esta tan seguro como Dios lo puede tener seguro.

5. II Timoteo 1:12. San Pablo expresa aquí su confianza de que Cristo es capaz de guardar y mantener lo que él le había encomendado, es decir, su alma. En Juan 6:39 leemos que Dios ha encomendado a Cristo la preservación de todos los creyentes ¿Es posible que Cris-to sea infiel a su cometido?

6. San Judas 24. El Señor Jesús es el único que puede guardar a los cristianos de caer y llevarlos sanos y salvos al hogar, al cielo. Los cristianos no son capaces de mantenerse salvos, como no fueron tampoco capaces de salvarse a si mismos, pero Cristo sí es capaz de ello (I Pedro 1:5)

7. Romanos 8:30. “Y a los que justificó a estos también glorificó.” Toda persona salvada es también glorificada. Aunque todavía los cristianos no posean sus cuerpos glorificados. En otras palabras, el cristiano está tan seguro del cielo como si ya estuviera allí.

En conexión con el tema de la seguridad del cristiano, se deben tener en Cuenta los si-guientes factores:

1. El cristiano no pierde su salvación cuando peca. Cristo ya ha pagado la pena de todos sus pecados, pasados, presentes y futuros. Dios no demandará el pago dos veces. Dado que Cristo ha muerto por mis pecados, yo no tendré que morir por ellos. Dios, el Juez justo, perdona al pecador que cree en Cristo.

2. Pero cuando el cristiano peca, ofende a su Padre celestial, y el feliz espíritu fami-liar que debería existir entre el hijo y su Padre queda roto hasta que ese pecado sea confesado (I Juan 1:9). Nótese que hay una gran diferencia entre Dios, el Juez tratando al pecador, y Dios, el Padre, tratando a un hijo que comete una falta. En el primer caso la paga del pecado es muerte e infierno. En el segundo caso, el resultado del pecado es comunión interrumpida (I Juan 2:1,2).

3. El mismo cristiano no puede pecar sin consecuencias. Si un hijo de Dios se aleja de su Padre, debe esperar un correctivo (Hebreos 12:6-7). El Padre podrá utilizar tristeza o sufrimiento para traerle de vuelta. En algunos casos Dios lleva al creyente al cielo; su cuerpo muere pero su alma es salvada (I Corintios 5:5)

4. Mientras un cristiano puede pecar y comete, por desventura, actos de pecado, ningún verdadero hijo de Dios vive una vida continua de pecado. No es que el cristiano no comete pecado sino que peca menos. Si una persona puede continuar pecando sin volver a Dios a pesar de ser castigado, es señal que jamás nació de nuevo. Nuestra garantía de salvación no debe ser una excusa para pecar, sino más bien, un incentivo para no pecar.

5. Hay varios versículos en la Biblia que parecerían indicar que el cristiano puede per-derse nuevamente. Sin embargo, si los examinas cuidadosamente, notarás que se refieren a aquellos que meramente pretenden ser cristianos, o aquellos que han conocido el camino de salvación y lo han rechazado. En ningún lugar dicen las Escrituras que el que verdadera-mente ha nacido de nuevo puede perecer. Son únicamente estas personas las que están segu-ras.

Bookmark