Discipulado Primeros Pasos/ Un modelo a seguir
Acerca de las clases

Principios de un Verdadero Cristiano

Obediencia Amor al Prójimo

Obediencia

Cuando tu  desarrollas este principio en tu vida, las cosas que están a tu alrededor trabajan en suma armonía,  el que es obediente, es recompensado por Dios pues acata fielmente su ley y su verdad, y esto lo llevará de gloria en gloria.

¿Pero  a que  tengo  que ser obediente y a quién?

Según la Biblia, la obediencia es una demostración de nuestro amor a Dios, y en consecuencia nos acerca más a él.

“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a

él. Obedientes a la palabra de Dios y al evangelio de cristo, que es para salvación y vida eterna.” Juan 14:21 (Reina-Valera, 1960)

Sí dices que amas a Dios lo demostraras con tu obediencia a sus mandatos.


Amor  al prójimo

16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” Juan: 3:16 (Reina-Valera, 1960)

Dice el señor “Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan” Proverbios 8:17 (Reina-Valera, 1960) “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que

Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.” 1a de Juan 4:9-11 (Reina-Valera, 1960)

“Y nosotros hemos conocido y creído el amor de Dios. Dios es amor. Y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.” 1a de Juan 4:16 (Reina-Valera, 1960)

Si alguno dice:

“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiros”.20 “Pues el que no

ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” 1a de Juan 4:19-20 (Reina-Valera, 1960)

En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios” 1 de Juan 3:10 (Reina-Valera, 1960)

“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.38 Este es el primero y grande mandamiento.39 Y

el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Mateo 22:37-39 (Reina-Valera, 1960)


¿Qué es el amor?

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;10 mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces

veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” 1 a de Corintios 13:4-13 (Reina-Valera, 1960)

Y así  pasaríamos   todo el curso  hablando del amor,  púes durante toda la biblia  el amor prevalece,  y el señor nos enseña  que el amor es uno de los más importantes mandamientos,  que se demuestra el más puro amor,  que Dios  nos dio a su hijo y con esto  pone  un principio de amor  para  los santos redimidos  por su sangre.

La palabra “cuidado” es el modo infinitivo, la voz activa, el tiempo presente del verbo griego phroneo, que significa cuidar o preocuparse de otros, con el pensamiento objetivo, o ser compasivo y cuidar a otros. Ésta fue la actitud de esos creyentes en la iglesia de Filipo, aunque Pablo hizo un gran error en Jerusalén. Un creyente puede servir a Dios fielmente por muchos años, y luego las dificultades comienzan a agotarlo, y él comienza a actuar con torpeza, y comienza a tener dificultades. Entonces alguien motivado por el amor de Dios y la compasión le comienza a ministrar, y la gracia de Dios llega a ser más verdadera para el creyente, visto que él finalmente ve el propósito eterno detrás de cada situación en su vida. Pablo reconoce que la gracia de Dios está siendo manifestada a través de la compasión y la preocupación de los creyentes que

Son nacidos de nuevo. Él descubrió la victoria de su situación, y fue la ternura y la compasión de otra persona que hizo la diferencia. Él escribió en Gálatas 6:2

(Reina-Valera, 1960) «Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.” Pablo se alegró cuando vio que los individuos estaban aplicando lo que habían aprendido; en hecho, esta función es tan importante, El Espíritu Santo les ha dado a algunos creyentes, ciertos dones espirituales específicamente para este propósito, llamados la exhortación y la misericordia, Romanos 12:8 (Reina-Valera, 1960) » el que exhorta, en la

exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría…”

Él nos conforta cuando pasamos por épocas duras, y Él nos trae a otras personas que están pasando por épocas duras, de modo que podemos estar allí para ellas, igual como Dios estaba allí para nosotros. 2 corintios 1:3-6 (Reina-Valera, 1960)

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a

los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.6 Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos.

 

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