Evaluación del Curso
El instructor, el curso en sí, y el progreso del estudiante serán evaluados. Estas evaluaciones se realizarán en varias formas.
El progreso del estudiante será evaluado con el propósito de mejorar la experiencia del aprendizaje mediante:
1. La observación cuidadosa del trabajo en grupo pequeño, notando la competencia de los informes, el balance de la discusión, la calidad de las relaciones, el nivel de cooperación, y el logro de las tareas asignadas.
2. La cuidadosa lectura de las tareas.
3. Revisión del “diario”.
La evaluación de los materiales del curso y del instructor se hará por medio de:
Cuestionar frecuentemente la efectividad y relevancia de ciertos métodos, experiencias, historias, lecturas u otra actividad.
Alguna evaluación no podrá ser hecha durante la clase misma. Algunos objetivos no podrán medirse en los años por venir. Si los estudiantes se encuentran con el poder transformador de Dios a niveles más profundos que
antes, aprenden habilidades Devocionales y las ponen en práctica con disciplina, e incorporan lo mejor de este curso en sus propios ministerios, el fruto de este esfuerzo educacional durará por largo tiempo. En verdad, eso es lo que esperamos.
Información adicional
Se hará un esfuerzo razonable por ayudar a cada estudiante. Cualquier estudiante que tenga discapacidades, problemas para el
aprendizaje u otras condiciones que hagan los requisitos del curso sean excesivamente difíciles para ellos, deberán hacer una cita con el instructor, a la brevedad posible, para ver que arreglos especiales se pueden hacer.
Cualquier estudiante que tenga problemas para entender las tareas, las conferencias, o cualquier otra actividad de aprendizaje deberá Nhablar con el instructor para ver en qué manera puede ayudarle.
Disponibilidad del Instructor
Se harán esfuerzos de buena fe para ayudar a los estudiantes dentro y fuera del aula de clase.
Escritura del Diario Personal: una herramienta para la reflexión e integración personal.
La participación en el curso de estudio es el corazón de su preparación ministerial. Para completar cada curso se le pedirá que escuche conferencias y lea varios libros, participación en discusiones, hacer trabajos escritos y
tomar exámenes. La meta es dominar los contenidos.
Otra parte, igual de importante, de la preparación ministerial es la formación espiritual.
Algunos llamarán a la formación espiritual,
Devocionales, mientras que otros le llaman crecimiento en la gracia. Cualquiera que sea la manera como llame a este proceso, esta se refiere al cultivo intencional de su relación con
Dios. El trabajo de curso será valioso para agregar a su conocimiento, sus habilidades y su habilidad para realizar su ministerio. El trabajo espiritualmente formativo tejerá todo lo
que usted aprenda en la tela de su ser permitiendo a su educación fluir de su mente hacia su corazón y hacia aquellos a quien usted sirve.
Aunque hay muchas disciplinas espirituales para ayudarle a desarrollar su relación con
Dios, escribir un diario espiritual es una herramienta esencial para unir a todas ellas.
Escribir el diario significa simplemente guardar un registro de sus experiencias y sus intuiciones que ha ganado a lo largo del camino.
Es una disciplina pues requiere una buena cantidad de trabajo que fielmente se debe invertir en la realización del diario. Muchas personas confiesan que esta es una práctica
que dejan de practicar debido a las presiones que viene de sus otras muchas ocupaciones.
Incluso, cinco minutos diarios invertidos en su diario pueden hacer una gran diferencia en su educación y su desarrollo espiritual.
Permítanme explicar.
Considere el tiempo invertido en su diario como si fuera tiempo compartido con su mejor amigo. Dentro de sus páginas usted podrá escribir sus sinceras y francas reacciones a
los eventos del día, las nuevas comprensiones que usted obtiene en las clases, una cita escogida de algún libro, un ajá, ajá que viene a usted cuando dos ideas son conectadas. No
es como un diario corriente en el que se registran los acontecimientos diarios sin un dialogo personal. es el almacén para todos sus pensamientos, reacciones, oraciones, visiones, visiones, y planes. Aunque algunas personas,
les gusta tener diarios algo complicados, con un sección para cada tipo de reflexiones, Motros encuentran que un comentario sencillo es más valioso. En todo caso, siempre apunte la fecha y el lugar para cada registro que
haga en su diario. Esto le ayudará para cuando llegue el momento de revisar sus pensamientos.
Es conveniente conversar un poco en cuanto a la logística de la escritura de un diario espiritual. Todo lo que necesitará para
comenzar es un lápiz y un papel. Algunos prefieren las hojas sueltas con tres agujeros para colocar en un cartapacio, mientras que otros prefieren un cuaderno con espiral, mientras
que otros disfrutan utilizando cuaderno para composición. Cualquiera que sea el estilo que utilice, lo más importante es desarrollar un patrón que trabaje para usted.
El establecimiento de un tiempo y un lugar para escribir su diario es esencial. Si no hay un espacio específico asignado para escribirlo, su diario simplemente no se realizará con
la regularidad necesaria como para que valga la pena. Parece natural invertir tiempo en
escribir el diario al final del día, cuando usted puede cernir todo lo que ha transpirado. Sin
embargo los compromisos familiares, actividades nocturnas y el cansancio pueden interferir con este espacio de tiempo. Las mañanas ofrecen otra posibilidad. El dormir filtra
muchas de nuestras experiencias y conclusiones del día anterior, y registrarlas será la primera cosa a hacer en la mañana. Junto con el tiempo Devocional, escribir el diario espiritual,
le permiten a usted comenzar a tejer sus experiencias con la Palabra de Dios, y también con el material del curso que usted ha estado preparando en el quemador de su
mente. Probablemente usted encontrará que llevar su diario consigo le permitirá a usted apuntar esas ideas que se vienen en distintos momentos a lo largo del día.
Parece que hemos estado diciendo que el Diario se debe escribir a mano. Algunos se estarán preguntado si se puede hacer en la
computadora. Tradicionalmente hay una conexión natural entre el lápiz y el papel. Es más personal, directo, estético. Es flexible, portátil y disponible.
Con el uso regular, el diario se convierte
en el almacén de su jornada. Así como es de importante hacer los registros regularmente, igual de valioso es revisar su trabajo. Lea al
final de la semana todos los apuntes de esa semana. Haga una declaración sumaria y note los movimientos del Espíritu Santo en su propio crecimiento. Haga una revisión mensual de su “diario” cada treinta días. Esto
podría hacerse mejor en un retiro de medio día, en el que puede devotamente enfocar sus pensamientos en la soledad y el silencio.
A medida que lo haga, usted podrá ver el valor acumulado de la Palabra, su trabajo en
el curso y su experiencia en el ministerio juntos en una manera que usted no habría considerado posible. Esto es integración: tejer el
desarrollo de la fe con el aprendizaje. La integración mueve la información desde su cabeza a su corazón, así que el ministerio es un asunto de “ser”, más que solamente “hacer”.
Escribir su diario le ayudará a contestar la pregunta central de la educación: “¿Por qué hago lo que hago cuando lo hago?”.
El diario espiritual es el pivote de la preparación ministerial. Su diario es la crónica
de su jornada a través de la madurez espiritual y la preparación académica. Estos volúmenes tendrán ricos acercamientos que pondrán los elementos de su educación juntos.
Un diario es la herramienta para la integración. ¡Qué pueda valorar el proceso de escribir su diario!