Bautismos por los muertos

Bautismos por los muertos

“De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?”.

La interpretación más notoria de 1 Corintios 15:29 es la defendida por el mormonismo—que la gente viva en la Tierra puede ser bautizada, y que la eficacia de ese bautismo entonces es brindada a aquellos que ya han muerto y están en el reino espiritual. Pero este versículo no puede enseñar el bautismo representativo como es practicado por los mormones.

Muchos otros pasajes eliminan esa posibilidad al enfatizar la necesidad singular de responder obedientemente ante Dios en esta vida (e.g., Proverbios 11:7; Juan 8:24; Lucas 16:26; 2 Corintios 5:10; Hebreos 9:27). El punto de vista mormónico está en oposición directa a lo que la Biblia enseña desde el principio hasta el final. Nosotros tenemos solamente esta vida para hacer nuestras decisiones, y cuando dejamos esta vida, no tenemos ninguna oportunidad más de arrepentirnos (Lucas 16:25-31; Hebreos 9:27).

A lo menos existen cuatro explicaciones adecuadas que evitan la contradicción al resto de la Biblia. Primero, “muertos” hace referencia al “viejo hombre” de pecado (Romanos 6:6). Nosotros somos bautizados por los muertos en el sentido de que somos bautizados en agua para eliminar el hombre muerto de pecado. Por ende Pablo estuvo preguntando por qué seríamos bautizados para eliminar el hombre viejo de pecado en previsión de aceptación eterna si la resurrección no estaría próxima.

Segundo, “muertos” hace referencia al mundo de las almas perdidas—aquellos que están espiritualmente muertos. “Ellos” hace referencia a los apóstoles y “bautismo” hace referencia al bautismo de sufrimiento que los apóstoles soportaban para dar a conocer el Evangelio (aludido en pasajes como Marcos 10:38,39, Lucas 12:50, Hechos 9:16 y 1 Corintios 4:9). Por ende Pablo estuvo preguntando por qué los apóstoles se someterían al bautismo de sufrimiento, en nombre de la gente espiritualmente muerta si, de hecho, nadie tiene esperanza de resurrección.

Tercero, “ellos” hace referencia a aquellos que son bautizados en agua sobre el fundamento de la enseñanza predicada por aquellos que ya habían muerto. En otras palabras, por qué una persona obedecería al mandamiento de ser bautizado, y por tanto tener esperanza de vida más allá de la tumba, si el que enseñó el bautismo ya ha muerto y no será levantado de la muerte.

Cuarto, Pablo estuvo usando la forma lógica de argumentar conocida como argumentum ad hominem—un argumento basado en lo que los hombres estaban haciendo en ese tiempo y con lo cual los lectores estaban familiarizados. Los corintios estaban familiarizados con la gente que practicaba una inmersión para el beneficio de los muertos. Él utilizó el pronombre en tercera persona “ellos” como opuesto a “ustedes” o “nosotros”.

El bautismo del Nuevo Testamento hubiera sido referido con la primera o segunda persona. Esta táctica de referirse a lo que las personas de afuera estaban haciendo (sin implicar aprobación) para hacer válido un punto espiritual fue usado por Pablo en otras ocasiones (e.g., Hechos 17:28; Tito 1:12).

Cada una de estas cuatro interpretaciones posibles tiene evidencia contextual que la apoya. Ninguna de las cuatro contradice otra doctrina de la Biblia. Lo que es fundamentalmente importante es que no pasemos por alto el punto de Pablo en 1 Corintios 15. Él trajo el tema del bautismo de los muertos por una razón: afirmar la realidad de la resurrección. Los cristianos estaban siendo arrastrados a la herejía destructiva de que la resurrección general es ficción.

En un panorama donde él ardientemente defendía la realidad y centricidad de la resurrección, él presentó dos preguntas. Si la resurrección y los eventos del fin-del-tiempo no van a ocurrir, entonces “¿por qué ellos se bautizan por los muertos?” y “¿por qué los apóstoles peligran a toda hora?” (vss. 29,30). Él quería que los corintios enfrentaran el hecho de que muchas cosas que los cristianos hacen tienen significado solamente si la resurrección es un objetivo anticipado y final.

Si cuando morimos, todo se acaba—no hay existencia futura consciente—¿por qué tomar riesgos al vivir la vida cristiana como los apóstoles frecuentemente lo hacían? Si esta vida es todo lo que hay, ¡olvide el cristianismo y viva la vida (vs. 32)! ¡Pero la resurrección vendrá! Por tanto no viva esta vida satisfaciendo la carne y mezclándose con aquellos que le influenciarán a hacerlo de esta manera (vs. 33). Viva justamente, y controle su mente en vista de su conocimiento de la resurrección venidera (vs. 34).

Un solo versículo

El silencio del Libro de Mormón acerca del bautismo por los muertos es un hecho importante, pues significa que un versículo solitario en la Biblia — 1 Corintios 15:29 — constituye la única referencia en escritura cristiana antigua. Que ésta es la única referencia bíblica al bautismo por los muertos es reconocido por la Encyclopedia of Mormonism (1992), producida bajo la supervisión del Quórum de los Doce Apóstoles de la iglesia mormona3 : «Él [Pablo] alude a una práctica de bautismo vicario, práctica de la cual no tenemos ninguna otra evidencia en los escritos paulinas u otros del Nuevo Testamento, ni del cristianismo primitivo.»4

1 Corintios 15:29 dice: «De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?»

La primera cosa que notar es que en el versículo citado la práctica es meramente mencionada, no recomendada. Dado que la evidencia es tan escasa, es preciso seguir principios válidos de interpretación para entender este versículo. Dos principios básicos aplican: (1) no leer el versículo aislado de su contexto, y (2) usar escrituras claras y no ambiguas para interpretar los pasajes que son ambiguas y no claras, y no viceversa.

Una lectura superficial de I Corintios 15:29 separado de su contexto, quizás sugiere apoyo para el bautismo por los muertos. Pero, un estudio cuidadoso del versículo en contexto y a la luz de otros pasajes bíblicos relevantes, demuestra que tal apoyo no es obvio.

Siguiendo los principios mencionados, debemos hacer unas preguntas diagnósticas: (1) ¿Hay algo previo en 1 Corintios (el contexto más amplio) que nos ayudará entender esta mención del bautismo por los muertos en 15:29? (2) ¿Cuál es el tema y la cadena de racionamiento que utiliza Pablo en los versículos que preceden la mención del rito (el contexto inmediato)? (3) ¿Qué relación tiene el bautismo por los muertos en versículo 29 con el desarrollo del argumento de este punto? (4) ¿Qué de otras enseñanzas sobre el bautismo en las demás epístolas de Pablo y otros libros del Nuevo Testamento? La idea de que Pablo aprueba el bautismo por los muertos, ¿es esto consistente con las enseñanzas de Jesús y los otros escritores del Nuevo Testamento acerca del bautismo?

Tales preguntas nos ayudarán interpretar correctamente el versículo 29, y evitar el error de imponerle nuestras propias ideas preconcebidas.

Un contexto más amplio. Hay tres referencias al bautismo en 1 Corintios — 1:14-17, 10:2, y 12:13. En 1:14-17 Pablo introduce el tema del bautismo en el contexto de su preocupación con los desacuerdos y facciones entre los cristianos en Corinto:

Doy gracias á Dios, que á ninguno de vosotros he bautizado, sino á Crispo y á Gayo; Para que ninguno diga que habéis sido bautizados en mi nombre. Y también bauticé la familia de Estéfanas: mas no sé si he bautizado algún otro. Porque no me envió Cristo á bautizar, sino á predicar el evangelio: no en sabiduría de palabras, porque no sea hecha vana la cruz de Cristo.

Por sus palabras, «no me envió Cristo á bautizar, sino á predicar el evangelio» Pablo hace recordar a los de Corinto que es el mensaje de la muerte de Cristo por nuestros pecados (recibido en fe de todo corazón) que puede regenerar y transformar la persona interna. El rito externo de bautismo, tan importante que sea como señal externo de fe y obediencia, no puede hacer esto. El hecho de que los cristianos de Corinto necesitaban este recuerdo indica que sobre-estimaban la importancia del bautismo, y el apóstol sintió la necesidad de dirigirles hacia un entendimiento correcto y balanceado de su significado.

Luego en 10:2 el apóstol usa la palabra «bautizado» para describir a los israelitas al cruzar el Mar rojo: «y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar.» Aunque el uso de este término es figurativo, Pablo lo emplea para amplificar su enseñanza anterior de la prioridad que toma la fe y regeneración interna sobre el rito externo del bautismo (1:14-17). Pablo explica a los corintios, quienes al parecer tenían opinión inflado del bautismo, que a pesar del «bautismo» figurativo de los israelitas, esto no les garantizaba el favor de Dios: «Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto» (10:5).

Finalmente, en 12:13 Pablo menciona el bautismo como argumento para unidad cristiana: «Porque por uno solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo» Aquí otra vez, no es el rito de bautismo mismo que es preciso, sino la realidad de unión con Cristo, retratado por bautismo (Romanos 6:3-4), hecho realidad no por agua sino por el Espíritu.

La opinión inflada del bautismo de los corintios provee clave importante para entender el significado de 1 Corintio 15:29. Pues como veremos, El apóstol Pablo liga el bautismo por los muertos a un grupo errado dentro de la iglesia corintia, cuya enseñanza equivocada Pablo espera corregir con el capítulo 15 de 1 Corintios, incluyendo el versículo 29.

El contexto inmediato. La mejor manera de entender cualquier versículo en las Escrituras, es examinar los versículos que lo rodea. Y al leer 1 Corintios15:29 en su contexto, se ve claramente que resurrección, no bautismo, es el tema dominante por todo el capítulo 15.

En versículos 1-11, Pablo declara que Cristo, después de morir por nuestros pecados, fue resucitado. Este hecho fue atestiguado por «más de 500 hermanos» la mayoría de los cuales todavía vivían al escribir Pablo.

Luego, en versículos 12-49 el apóstol emplea una serie de argumentos en cuanto a la importancia y sensibilidad de la doctrina de la resurrección del cuerpo. Aquí, el lector de hoy día tiene que tomar en cuenta que la doctrina Hebrea-Cristiana de la resurrección, algo que nosotros damos por sentado, se consideraba una tontería dentro de la civilización griega antigua (y Corinto fue una ciudad griega).5 Lo importante notar es que el bautismo por los muertos, mencionado por Pablo en versículo 29, es uno de esta serie de argumentos usados para defender la sensibilidad de la resurrección.

Entonces, la pregunta actual es, ¿Quién en Corinto está practicando el bautismo por los muertos? y acaso ¿tienen ellos y tiene esta práctica la aprobación del apóstol?

 

 

 

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